Se espera que la sonda Insight de la NASA, que fue lanzada el pasado 5 de mayo y que tiene como objetivo el estudio de la actividad sismológica de Marte, alcance la superficie del planeta rojo el próximo 26 de noviembre.
Científicos de la NASA explicaron este miércoles a Gizmodo cómo se planea el aterrizaje del aparato y qué deberán hacer para que no acabe en pedazos.
La sonda Insight tendrá que reducir su velocidad varios cientos de kilómetros por hora para poder aterrizar suavemente. Para ello el aparato está equipado con un paracaídas que le ayudará a disminuir su velocidad.
La atmósfera del planeta rojo es más delgada que la de la Tierra, y por eso hay menos resistencia atmosférica para que el paracaídas cumpla con su objetivo. Además, Marte también tiene ráfagas de viento con las que la sonda tendrá que lidiar.
Tras encender los cohetes y aterrizar, la sonda tomará inmediatamente una imagen de la superficie marciana y los científicos empezarán a trabajar para decidir dónde el brazo robótico deberá depositar el sensor de calor y el sismógrafo en el suelo, acción que nunca antes se ha realizado.
La NASA tiene una ubicación plana planeada para el aterrizaje, ya que el sensor de flujo de calor puede ser depositado en el suelo más fácilmente cuando la sonda se encuentra nivelada. Además, los científicos no quieren dejar el sismógrafo sobre una roca.
Sin embargo, los expertos señalan que pasarán entre dos y tres meses hasta que los instrumentos se puedan desplegarse por completo.
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