EE.UU. se ha mostrado reacio a la expansión mundial de los dispositivos de la compañía china Huawei al iniciar una campaña para presionar a sus aliados europeos y asiáticos para que eviten el uso del proveedor de equipos de telecomunicaciones más grande del mundo, publicó The Wall Street Journal citando a funcionarios familiarizados con la situación.
Los altos cargos del país norteamericano han dado la voz de alarma sobre todo por el uso de equipos chinos por parte de los países que albergan la infraestructura militar estadounidense. Alemania, Italia y Japón se encuentran entre los aliados más cercanos de Washington que ya recibieron información sobre los riesgos a los que se han expuesto al instalar equipos de Huawei.
Además de alarmar por las amenazas inminentes de seguridad cibernética de China, Estados Unidos también ha ofrecido incentivos financieros a los países que deseen despedirse de la tecnología china de vanguardia. El WSJ informó que los funcionarios de EE.UU. están considerando subvencionar la compra y el mantenimiento de equipos no chinos por parte de sus aliados. Los beneficios solo estarán disponibles para aquellos que hayan abandonado Huawei o cualquier otro equipo chino como ZTE.
Al tiempo que avanza los temores sobre el potencial de China para espiar o incluso socavar la infraestructura crítica, Estados Unidos argumenta que Huawei cederá ante las demandas del Gobierno chino, algo que la firma niega con vehemencia insistiendo en que son una empresa privada. Huawei ve el ataque estadounidense como un ejemplo de competencia desleal.
En febrero, agencias de Inteligencia estadounidenses advirtieron a los ciudadanos estadounidenses contra la compra de productos y el uso de los servicios proporcionados por Huawei y ZTE. El director del FBI, Christopher Wry, dijo que el Gobierno de Estados Unidos estaba "profundamente preocupado por los riesgos" de permitir que una empresa extranjera "ganara posiciones de poder dentro de nuestras redes de telecomunicaciones".