El último partido de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, suspendido dos veces por disturbios, no se jugará en Argentina y, en caso de que el Tribunal de Disciplina de la Conmebol considere que el encuentro debe disputarse —Boca solicita que River sea descalificado—, Paraguay ya se perfila como el principal candidato para albergar el evento deportivo más importante de la historia latinoamericana.
En efecto, el comisario de la Policía Nacional paraguaya, Walter Vázquez, confirmó en una entrevista con ABC que "está previsto" que el partido se juegue en Asunción, la capital. Al mismo tiempo, añadió que le consultaron de modo extraoficial sobre las capacidades de los uniformados en materia de seguridad para albergar un evento tan importante, y aclaró: "Estamos preparados". Según la información que adelantó el comandante, hay altas probabilidades de que se dispute el 9 de diciembre.
Por lo pronto, el vocero de las fuerzas de seguridad no sabe si el partido se llevaría a cabo con público o a puertas cerradas, sin embargo, ya se especula con que el escenario podría ser el estadio Defensores del Chaco, donde caben más de 42.000 personas, siendo el más emblemático de ese país sudamericano. Esta versión todavía no fue confirmada por el Gobierno paraguayo, la Conmebol, ni tampoco los clubes finalistas.
Brasil, Colombia e Italia entre los posibles escenarios
Paraguay no fue el único país que sonó como candidato. Según informa Estadão, el gerente del mítico Mineirão de la ciudad de Belo Horizonte (Brasil) —donde el 'Gigante de Sudamérica' sufrió la goleada por 7-1 contra Alemania en el Mundial 2014— le envió una carta a la Conmebol ofreciendo el estadio como sede para la final.
Asimismo, el alcalde de Medellín (Colombia) publicó en Twitter que ofrece a su ciudad para recibir al partido más relevante del fútbol sudamericano.
El 26 de noviembre el Génova de la liga italiana de fútbol ya había ofrecido su cancha formalmente para ser el escenario del encuentro.
Si se juega, será fuera de Argentina
Por ahora, no se sabe si la final se disputará en un campo de juego o si, por el contrario, la Conmebol dará lugar al reclamo impulsado por Boca, donde solicita que se le otorgue el triunfo sin jugar el partido definitivo. Con ello, el club argumenta que River era el responsable de la seguridad en las inmediaciones del estadio, cuando los futbolistas visitantes fueron agredidos por los simpatizantes locales en el barrio de Núñez, Ciudad de Buenos Aires.
Según el comunicado difundido por la Conmebol, la única certeza es que, en caso de concretarse el partido, ello no ocurriría en Argentina. Así las cosas, se barajan como posibles fechas el 8 y 9 de diciembre, pero no se brindó información oficial sobre el estadio. No obstante, la postura de Boca se mantiene firme: sus dirigentes no quieren jugar el partido y ya advirtieron que llevarán el caso hasta las últimas instancias.