La protesta de los llamados 'chalecos amarillos' se ha extendido desde Francia a Bélgica. Los manifestantes han tomado este viernes las calles en Bruselas para protestar contra el aumento de los precios de los combustibles y los impuestos.
Una multitud bloqueó un céntrico cruce viario en Bruselas, exigiendo la dimisión de los miembros del Gobierno. Un total de 60 personas fueron arrestadas antes de que se produjera el estallido de violencia, principalmente por bloquear las calles y portar bengalas.
Los enfrentamientos empezaron cuando varios centenares de manifestantes se dirigieron a la oficina del primer ministro Charles Michel demandando su dimisión. Piedras, petardos y señales de tráfico fueron arrojados contra la Policía, que tuvo que recurrir a cañones acuáticos. En una de las fotos subidas en la Red puede verse un vehículo policial en llamas.
Como reacción a la protesta, el primer ministro belga expresó su comprensión hacia los manifestantes y sus problemas financieros, pero recordó que "el dinero no cae del cielo".
La manifestación, no autorizada e instigada mediante las redes sociales, se inspiró en las protestas de los 'chalecos amarillos' en Francia contra el alza de los precios de los combustibles, impuesta por el presidente Emmanuel Macron.
Aunque las protestas han sacudido varias zonas de Francia en las últimas dos semanas, se volvieron especialmente violentas en París. La capital gala ha sido comparada con una zona bélica por las barricadas y los duros enfrentamientos con la Policía.