El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha anunciado a través de un tuit publicado este domingo que China ha aceptado reducir los aranceles sobre los automóviles estadounidenses.
"China acordó reducir y eliminar las tasas de importación a los automóviles que ingresan a China desde Estados Unidos. Actualmente la tarifa es del 40%", reza el tuit del mandatario estadounidense.
Pekín no se ha pronunciado hasta el momento sobre la medida.
La semana pasada Trump ordenó una revisión por separado del arancel del 40% establecido por China a las importaciones de automóviles provenientes de EE.UU., el 25% del cual es resultado de la represalia china ante los aranceles impuestos por Trump, informa Bloomberg.
Estados Unidos cobra actualmente un impuesto del 27,5% a los vehículos que llegan desde China. Por su parte, Pekín ya adelantó la semana pasada que el arancel aplicado a los vehículos estadounidenses sería del 15% si no existiera la disputa comercial entre ambas naciones, al mismo tiempo que pidió una solución negociada.
Entre las compañías que se podrían beneficiar de la medida figuran Tesla, BMW o Daimler, que producen automóviles en EE.UU. y los importan a China. Los aranceles redujeron las ventas de vehículos de importación en el país asiático —que es el mayor mercado de automóviles a nivel mundial— por primera vez en dos décadas.
El 10% de los vehículos que China importó en 2007 —más de 280.000 automóviles— tenía su origen en Estados Unidos, lo que se traduce en 13.500 millones dólares. Asimismo, Washington exportó el año pasado camiones por valor de 9.500 millones de dólares, cifra que ha disminuido significativamente desde este verano.
¿Paz comercial a la vista?
Al término de la cumbre del G20 celebrada en Buenos Aires (Argentina), Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, acordaron el pasado sábado una 'tregua' de 90 días en su disputa comercial, mientras los dos países intenten ultimar un acuerdo duradero sobre la propiedad intelectual, el robo de tecnología y las barreras comerciales no arancelarias.
Washington acordó suspender momentáneamente sus planes para aumentar las tarifas a partir del próximo 1 de enero, mientras la parte china aceptó comprar "una cantidad aún no acordada, pero muy importante, de productos agrícolas, energéticos, industriales" de EE.UU. para reducir el enorme déficit comercial entre ambos países.
En un comunicado emitido por la Casa Blanca se explicaba que si los dos países no logran llegar a un acuerdo en un plazo inferior a 90 días, los aranceles existentes se incrementarán.