La empresa estadounidense Boeing canceló este jueves un controvertido pedido de satélites en el marco del proyecto Global IP, al conocer que la operación estaba financiada secretamente por una empresa del Gobierno chino, informa The Wall Street Journal.
La razón formal de la decisión fue un "incumplimiento debido a la falta de pago", pero en realidad la decisión de Boeing siguió a una investigación de The Wall Street Journal publicada esta semana que destacó "el papel opaco" de China en la inversión de casi 200 millones de dólares para el proyecto.
La polémica mundial sobre la propiedad intelectual estalló en un momento difícil para las relaciones entre Estados Unidos y China. Al mismo tiempo, aumentan las tensiones debido a las acusaciones vertidas contra Pekín por parte de Washington por el supuesto robo de tecnología. Bajo las leyes estadounidenses de control de exportaciones, Boeing no tiene permiso para vender satélites al país asiático.
La obtención de dicha tecnología satelital ayudaría a China a afianzar su estatus de superpotencia junto a Estados Unidos. Anteriormente Boeing había comunicado en una declaración escrita que aplica rigurosas medidas para "cumplir con las regulaciones de exportación de Estados Unidos y proteger los intereses nacionales".