El oro se derrite a temperatura ambiente bajo efectos de un campo electromagnético bastante fuerte. A esta conclusión llegó un investigador sueco de forma fortuita y posteriormente la confirmó mediante una serie de experimentos.
Primeramente esta propiedad se descubrió cuando el físico Ludvig de Knoop, de la Universidad Politécnica de Chalmers, estaba estudiando los átomos del metal bajo un microscopio electrónico. Estaba al nivel más alto de aumento, algo que implica también la fuerza máxima del campo eléctrico en torno a la muestra. En algún momento vio que la capa superficial del metal comenzó a fundirse, aunque la temperatura en el área laboral no se había alterado.
"Estuve realmente aturdido por el descubrimiento. Este es un fenómeno extraordinario y nos brinda un conocimiento nuevo y fundamental del oro", comentó el físico al portal de Chalmers en noviembre.
Después de realizar más experimentos y analizarlos, el equipo universitario decidió que los altos campos eléctricos estaban detrás de esa metamorfosis. Se trata de una excitación de los átomos de oro en las capas exteriores de la muestra y el fenómeno no es solo espectacular, sino también innovador científicamente.
El método espontáneamente descubierto de derretir oro nunca funcionará en grandes bloques, porque el nivel de voltaje necesario para eso "no está disponible", explicó de Knoop en declaraciones a Digital Trends. Precisó que, por ahora, la fusión a temperatura ambiente solo puede realizarse a profundidad de un par de nanometros, o sea una mil millonésima parte de un metro.
El oro es un excelente conductor de calor y electricidad, conocido por tener una temperatura de fusión muy alta: de 1.062 ºC.