Histórico: La nave Voyager 2 de la NASA llega al espacio interestelar
La nave Voyager 2 acaba de abandonar la heliosfera, una burbuja magnética dentro de la que el viento solar circula a velocidades supersónicas, en lo que constituye la segunda vez en la historia que un objeto diseñado por el hombre llega al espacio que hay entre las estrellas, informa la NASA, a cargo de la misión.
Aquella sonda fue lanzada en 1977 y los científicos creen que cruzó la burbuja que protege la Tierra de las partículas y campos magnéticos emanados por el Sol el pasado 5 de noviembre. La Voyager 1 ya había atravesado este límite en 2012, pero esta nave cuenta con mejores instrumentos para obtener nueva información del viaje.
After visiting Jupiter, Saturn, Uranus and Neptune, @NASAVoyager 2 has left the Sun's protective bubble and is now flying in the interstellar space between the stars. Learn more about this incredible mission as the encore to the Grand Tour begins: https://t.co/nvffnCO3jm#AGU18pic.twitter.com/T6kOWrxYzH
— NASA (@NASA) 10 de diciembre de 2018
Para llegar a la conclusión reciente de que se cruzó el margen, los expertos se guiaron en que el plasma a bordo del artefacto dejó de registrar viento solar en el ambiente, siendo la prueba más determinante.
"Todavía hay mucho que aprender sobre la región del espacio interestelar más allá de la heliopausa —límite entre la heliosfera y el espacio interestelar—", comentó Ed Stone, uno de los especialistas a cargo del proyecto.
Así las cosas, Voyager 2 se encuentra a unos 18.000 millones de kilómetros de su origen y los datos que envía a la superficie terrestre viajan a la velocidad de la luz, pero tardan unas 16 horas en llegar a su base en California (EE.UU.). Para tomar dimensión de aquella distancia, vale mencionar que la luz solar tarda unos ocho minutos en llegar a la Tierra.
The @NASAVoyager 2 probe no longer feels the solar wind & is flying through the interstellar space between the stars. It carries a working instrument providing 1st-of-its-kind observations of the nature of this gateway. Here's a look by the numbers: https://t.co/DuNBYPaXQj#AGU18pic.twitter.com/GJGIgDpSHD
— NASA (@NASA) 10 de diciembre de 2018
Según informa la propia agencia norteamericana, el objetivo de las naves es tener una visión detallada sobre cómo la heliosfera reacciona al viento interestelar. Con la intención de complementar las observaciones, está estipulado que en el 2024 se lance la misión Mapeo Interestelar y Sonda de Aceleración (IMAP, por sus siglas en inglés). Pero aún no se revelaron mayores detalles.
Cápsulas de tiempo
Más allá de los avances, ambas Voyager todavía están muy lejos de salir del Sistema Solar. Para abandonarlo, tendrían que superar la Nube de Oort, una colección de objetos espaciales bajo la influencia gravitatoria del Sol. Al respecto, la NASA calcula que se debería esperar unos 300 años para ingresar allí, y alrededor de 30.000 para salir y viajar más allá del sistema al cual pertenece la Tierra.
"Creo que todos estamos contentos y aliviados de que las sondas hayan operado el tiempo suficiente para superar este hito", dijo la gerenta del proyecto, Suzanne Dodd. En esa línea, añadió: "Ahora esperamos con ansias lo que podamos aprender al tener ambas sondas fuera de la heliopausa".
LIVE NOW: @NASAVoyager 2 launched before its twin in 1977, but followed a longer path away from Earth. Along the way, Voyager 2 has been providing scientists with unprecedented observations of the space it’s traveling through. Get the latest now: https://t.co/nDQWMi7HMS#AGU18pic.twitter.com/Hw8T1KHEaY
— NASA (@NASA) 10 de diciembre de 2018
Desde las oficinas estadounidenses recuerdan que Voyager 2 se lanzó 16 días previos a su predecesora, y que ambas superaron ampliamente las expectativas originales: habían sido construidas para durar tan solo cinco años, y ya llevan 41 con resultados satisfactorios. Se trata, en efecto, de la misión más duradera de la NASA. La tarea inicial era desarrollar estudios sobre Júpiter y Saturno, pero inesperadamente también pudieron extender la meta hasta Urano y Neptuno.
Así, el trayecto de ambas Voyager se convirtió en un símbolo de la ciencia, pero también de la cultura terrestre en general. Suponiendo que puedan seguir viajando durante millones de años, las dos sondas cuentan con un 'Registro Dorado' donde se almacenan sonidos, imágenes y mensajes de nuestro planeta. Sobre ello, los científicos creen que podrían funcionar como cápsulas de tiempo y que, en el futuro, se traten de los únicos registros de la civilización humana.