El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas declinó seguir con la huelga de hambre que empezó hace 52 días, luego que fuera trasladado a una cárcel de máxima seguridad en la provincia de Cotopaxi, a 90 kilómetros de Quito, para continuar con el cumplimiento de la sentencia de 6 años de prisión que le fue impuesta en diciembre de 2017 tras ser hallado culpable de asociación ilícita en el caso Odebrecht.
En un comunicado publicado en sus redes sociales, Glas dijo que detuvo la huelga por pedido de sus familiares y porque fue "advertido de graves riesgos de daños irreversibles" en su salud por parte de la Cruz Roja Internacional. Señaló que esto no significa que abandona "la lucha" por su libertad y que la medida sirvió para que "el mundo se fije en lo que ocurre en Ecuador".