Hace cuatro años, Venezuela no figuraba entre los primeros 20 países con altas reservas de oro. En el mundo era extraño relacionar al país suramericano con este mineral.
Pero algo cambió a partir de 2016. El Ejecutivo declaró como zona de "desarrollo estratégico nacional" un área de 111 843,60 kilómetros cuadrados en el estado Bolívar, al sureste del país. Fue bautizado como 'Arco Minero del Orinoco' por la curvatura que se forma en el mapa del estado y porque, según las autoridades, yacen vastas reservas de oro, entre otros minerales.
A partir de ahí, el Arco Minero fue noticia en todos los medios, principalmente por la expectativa de cuánto oro podía tener Venezuela, y cuáles serían sus reservas certificadas.
El potencial certificado
El ministro de Desarrollo Minero Ecológico de Venezuela, Víctor Cano, informó a RT que al cierre de 2018 el país cuenta con una reserva certificada de 2.235 toneladas de oro, de las cuales 1.400 toneladas son producidas mediante el proyecto 'Siembra Minera' (emprendido en alianza con capital privado). El resto se completa a través de las empresas del Estado y el trabajo de las comunidades mineras.
"Hablando en términos de reserva, el proyecto 'Siembra Minera' representa la séptima mina del mundo. Estamos trabajando para colocarla en su máximo potencial, cuando eso ocurra va a producir cerca de 40 toneladas de oro al año", explicó.
Con más de 2.000 toneladas de oro certificadas, Venezuela se acerca al nivel de reservas de oro de Italia o Francia, con la diferencia de que estos países europeos, a la fecha, tienen ya almacenados su potencial de oro bóvedas bancarias, mientras que el país suramericano aún debe extraer y procesar el mineral de sus campos auríferos.
Inversiones en la mira
El potencial aurífero en el Arco Minero atrajo la atención de muchas compañías mineras en el mundo. Solo en 2019, la inversión estimada en la explotación y exploración del oro venezolano asciende a 589.000.000 de euros, mientras que para los próximos años la proyección llega a los 3.000 millones de euros, detalló el ministro Cano.
Los planes de inversión en el oro venezolano marcan un viraje en el país suramericano, que intenta diversificar su modelo tradicional de monoproductor de petróleo, la principal fuente de su riqueza.
Para tales efectos, en el 2016 Caracas concibió una plan denominado "Motor Minero", previsto a desarrollar, entre otros aspectos, las siguientes acciones:
- Generación de fuentes de divisas por extracción y explotación de minerales, entre ellos el oro como uno de sus principales apuestas.
- Captación de nuevas fuentes de financiamiento nacional e internacional en el área minera.
- Incorporación de la pequeña minería con tradición y experiencia en la extracción del oro.
Escenario volátil impulsa oro venezolano
En su momento, la propuesta del plan estuvo enmarcada en un contexto de bajos precios del barril del petróleo venezolano, lo cual impulsó la necesidad de Venezuela de obtener divisas por otros esquemas distintos a la explotación y exportación del crudo.
Dos años después, el plan aurífero cobró más relevancia por la recesión económica que atraviesa el país, atizada por medidas coercitivas unilaterales de EE.UU., que incluyen el bloqueo de activos y cuentas extranjeras en dólares para importar insumos y productos básicos para la población.
Con un asedio internacional en marcha, y ante un escenario de bajos precios petroleros para 2019 según la Opep, Venezuela procura hacerse espacio en el mercado mundial de almacenamiento aurífero, en medio de una tendencia mundial de compra de oro como fórmula de algunos países para reducir la dependencia al dólar y protegerse de la volatibilidad en el mercado de las materias primas.
"La actividad especulativa es consustancial a cada uno de los mercados de materias primas (...) los esfuerzos no terminan de brindar resultados que alivien los niveles de volatibilidad", acota el economista Luis Domínguez, en su libro 'Despliegue del Motor Minero', dedicado al estudio del sector en el contexto actual.
Con ese panorama, Venezuela busca abrirse nuevas rutas de ingresos. Un análisis de Misión Verdad indica que el país percibió un aumento del 200% en sus exportaciones no petroleras en el primer cuatrimestre de 2018, principalmente por ventas de oro en el mundo.
La lucha por recuperar el oro
Según las autoridades, antes de 1998 el oro en Venezuela era manejado por transnacionales que operaban a su antojo con el aval de los gobiernos de la época, apoyadas por la extinta Ley de Minas de 1944.
Mientras el Ejecutivo impulsa un plan de control aurífero, de la mano de las comunidades con tradición en la explotación artesanal del mineral, se hallaron zonas manejadas por mafias al servicio de transnacionales, que extraían el mineral y lo enviaban de contrabando hacia islas aledañas al país caribeño.
"Basta con ver que las islas del Caribe reportan exportaciones de oro por más de 500 millones de dólares al año sin contar siquiera con una mina. ¿De dónde sacan ese oro?", se preguntó Cano.
Para combatir esa práctica, Venezuela ha destruido pistas clandestinas para avionetas comerciales en el Arco Minero y, al mismo tiempo, implementa un proceso de reordenamiento territorial con apoyo de las fuerzas militares.
Incluso cuando el Arco Minero figuraba como un proyecto incipiente, al igual que la creación de un ministerio en el área, Venezuela había mantenido una sostenida política de arrime de oro a las arcas del Banco Central de Venezuela (BCV): desde 1998 hasta la actualidad, el país superó las cantidades de oro entregadas al BCV (146,1 toneladas), en comparación con lo que se llevaron por contrabando entre 1970 y 1998 (115,5 toneladas).
El economista Domínguez, en la citada obra, atribuye esta tendencia al cambio generado con la llegada al poder del ex presidente Hugo Chávez: "parte de la producción y los ingresos que antes iban a las cuentas de las empresas transnacionales, ahora pasaría a formar parte de la hacienda pública nacional".
Además, a las toneladas entregadas al Banco Central se suman parte del oro repatriado (más de 150 toneladas) por Venezuela en 2012, después que el mineral fue enviado entre 1986 y 1992 a países europeos como "garantía" de préstamos solicitados al Fondo Monetario Internacional (FMI), por los gobiernos previos al chavismo.
Nuevo blanco de ataque
Con el auge del oro en Venezuela, ahora ese recurso mineral es un blanco de ataque para Washington: en noviembre, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para restringir a ciudadanos y compañías de estadounidenses relacionarse con la exportación de oro desde Venezuela.
"Yo quisiera ver que EE.UU. imponga sanciones a los países que por muchos años se han llevado el oro de Venezuela de forma ilícita. Allí sí debería haber sanciones", sostuvo el ministro Cano al ser consultado sobre la medida.
De acuerdo a la administración de Trump, esta nueva sanción busca ejercer "más presión" hacia Venezuela para impedir supuestas transacciones "irregulares" en la exportación de oro venezolano.
El titular de la cartera minera venezolana precisó que el Banco Central diseña "acciones" para exportar el oro, sin que el proceso de comercialización sea afectado por las sanciones de EE.UU.
Efecto de la medida de EE.UU.
La sanción contra el oro venezolano autorizada por Trump sirvió de marco para que Marshall Billingslea, vocero del Departamento del Tesoro de EE.UU., acusara a Venezuela de haber exportado a Turquía "sin control" un total de 21 toneladas del mineral.
El diputado opositor Julio Borges, señalado por la autoridades venezolanas de promover un plan de magnicidio y acciones desestabilizadoras, se sumó a la retórica norteamericana y acusó también al gobierno de "hipotecar" el país con la venta de oro a Turquía.
El presidente Maduro, al ser consultado por la prensa en el contexto de la visita de su par turco, Recep Tayyip Erdogan, subrayó que Venezuela exportará el oro que produce por "su derecho al desarrollo".
En efecto, para sumar más a sus reservas de oro, Caracas solicitó al Banco de Inglaterra devolver 14 toneladas de oro resguardadas en sus bóvedas, cuyo valor asciende a 550 millones de dólares.
Según una fuente citada por el Times, la entidad bancaria se negó a liberar el oro por su "preocupación" de que el presidente Maduro venda el oro para "beneficio personal". El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, tildó de "ladrones" a los representantes del banco inglés.
El Banco de Inglaterra pidió a Caracas "aclarar sus intenciones" con la solicitud. Un despacho de Reuters indica que una delegación venezolana viajó a Londres para reunirse con la directiva.
Por su parte, el parlamentario británico Andrew Lewer envió al banco una carta para que no recibiera a los funcionarios venezolanos, por carecer de "legitimidad" en sus cargos, pues a su juicio no fueron "aprobados" por la opositora Asamblea Nacional, un poder público declarado en desacato y, por tanto, invalidado para cualquier acción o decisión.
Hasta la fecha, el banco europeo no ha hecho efectiva la liberación del metal que forma parte de las reservas internacionales venezolanas.
Expansión aurífera
Mientras en el campo internacional Venezuela libra una batalla para para exportar y liberar su oro, dentro del país se expanden planes "para consolidar su desarrollo aurífero", indicó el ministro Cano.
En el primer semestre de este año fueron inauguradas ocho plantas de procesamiento del mineral, para una producción estimada de 21,6 kilogramos de oro al día.
Cano informó que para el cierre de diciembre Venezuela culminará con un promedio de 12 toneladas de oro producidas, lo que sumaría un total de 20,5 toneladas entregadas hasta ahora como reserva al Banco Central, desde que iniciaron los trabajos en el Arco Minero del Orinoco, con apoyo de la pequeña minería.
"Hemos tenido un incremento de producción del oro. En este momento estamos en pleno proceso de recolección y procesamiento al cierre del año", agregó.
Para el 2018, la meta prevista (solamente con la pequeña minería) era producir oro equivalente a 2.000 millones de dólares, según se desprende del informe de gestión del año pasado.
A largo plazo, el Ejecutivo espera elevar aún más la producción aurífera mediante inversiones internacionales, y también por las concesiones otorgadas a comunidades mineras que trabajan en 23 áreas del Arco.
Pero la joya de la corona está centrada en un elemento clave: Venezuela enfoca sus esfuerzos en certificar 32 campos de oro en el Arco Minero. La factibilidad de los estudios preliminares arroja un estimado de más 8.000 toneladas de oro.
De concretarse, la cifra sería un nuevo hito: Venezuela no solo sería la nación con la mayor reserva petrolera, también estaría entre los países con mayor reserva natural de oro en el mundo, solo superada por Australia (9.100 toneladas), e incluso disputándole el dominio a EE.UU. que posee de 8.100 toneladas almacenadas en entidades bancarias.
Manuel Palma