El asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, presentó esta semana una nueva estrategia de EE.UU. para África. Su diseño aspira a contrarrestar la influencia política y financiera de China y Rusia por supuestamente emplear "prácticas depredadoras" destinadas a frenar el crecimiento económico e interferir en los intereses militares y de seguridad estadounidenses en el continente.
Al priorizar la lucha contra la influencia china y rusa, la nueva estrategia de Washington puede acabar resultando en una presencia más limitada en el continente africano, señala Bloomberg. Ello significa que EE.UU. podría perder oportunidades de inversión en una región con la clase media de más rápido crecimiento en el mundo.
El 'poder blando' de Pekín
Mientras EE.UU. reordena sus prioridades, China ha pasado los últimos años invirtiendo más en África, en términos físicos y financieros, así como en el llamado 'poder blando', subraya el medio. Ha incrementado las becas para académicos africanos, ha desplegado personal de mantenimiento de la paz en las misiones de la ONU en Malí y Sudán del Sur y ha enviado científicos para ayudar a abordar las principales necesidades económicas y sociales.
El continente africano, además, constituye parte fundamental de la iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda del presidente Xi Jinping, donde planea invertir en una serie de proyectos diversos: desde las centrales eléctricas de Costa de Marfil hasta un aeropuerto en Ruanda y un ferrocarril en Kenia.
"Una visión a largo plazo"
John Stremlau, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo (Sudáfrica), destaca que los temas más importantes para el África actual son "el hambre, el desempleo, el auge y las implicaciones demográficos y el cambio climático". Y otras cosas que Bolton "ni siquiera menciona", avisó.
De acuerdo con Sherri Goodman, miembro del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson (EE.UU.), Pekín se está centrando justamente en esos temas. Como ejemplo, la experta cita a los científicos chinos que fueron desplegados para buscar suministro de agua en regiones afectadas por la sequía en gran parte de África, algo que sería "un salvavidas" para muchas de esas naciones.
"Tiene una visión a largo plazo, entendiendo cuáles son las necesidades de los países, ya sea para reducir la pobreza energética aumentando sus recursos energéticos o proporcionando agua", señala Goodman. "Estamos perdiendo esto a nuestro propio riesgo", advierte.