Rusia se opone firmemente tanto a la disolución del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés) como a su posible expansión con la introducción de nuevos miembros. Así lo afirmó el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, señalando que Moscú podría llevar el caso a Naciones Unidas.
"Nosotros estamos categóricamente en contra de tal iniciativa. Defendemos [la posición de que] es necesario preservar el acuerdo", aseveró el canciller en entrevista con la emisora Komsomólskaya Pravda, refiriéndose al deseo estadounidense de incluir en el tratado a países como China, Corea del Norte e Irán.
"Hoy trataremos por segunda vez de introducir una resolución de la Asamblea General de la ONU con un pronunciamiento en favor de la preservación de este tratado", añadió Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa señaló entre los fundamentos de esa resolución el actual despliegue de EE.UU. de una base militar en Rumanía y sus planes de establecer otra en Polonia. "Las preocupaciones [de Rusia] se basan en hechos concretos, en el desarrollo técnico y militar de la situación", añadió.
Según Lavrov, Moscú pretende tomar las medidas necesarias para salvar este acuerdo con el fin de prevenir una catástrofe ante un aumento de la tensión "sin precedentes".
"Los políticos en países clave no deben, no pueden permitir ninguna gran guerra [...], espero que los parlamentos de cada nación occidental demuestren su máxima responsabilidad", aseveró.