Las autoridades egipcias anunciaron este 15 de diciembre el descubrimiento de la tumba de un sumo sacerdote en Saqqara, al sur de El Cairo. La tumba, perteneciente al sacerdote Wahtye, corresponde a la época del rey Neferirkare de la quinta dinastía de Egipto, y tiene unos 4.400 años de antigüedad, creen los especialistas.
La sepultura está prácticamente intacta y se cree que es un objeto único y excepcional, por lo que tiene un alto valor. Pero, ¿podría compararse por su importancia con la tumba del faraón Tutankamón, descubierta en 1925?
A esta y otras preguntas ha contestado al medio ruso Meduza Yelena Tolmachova, investigadora principal del Centro de Investigaciones Egiptológicas de la Academia de Ciencias Rusa.
La experta señala que en el Antiguo Egipto solo las personas que ocupaban altos puestos en la jerarquía gubernamental eran enterradas en una tumba personal. "Los fragmentos [del interior de la tumba] que he podido ver indican que Wahtye era un sacerdote purificador y un asesor del rey".
La tumba está intacta, pero algunos de los relieves tienen fragmentos rotos. La experta señala que esto podría ser indicativo de que la tumba fue usada en la antigüedad por los familiares del fallecido, que la visitaban para hacer sacrificios los días de conmemoración de los muertos, aunque también es posible que enterraran allí a otros miembros del clan del sumo sacerdote.
En el Antiguo Egipto creían que la vida eterna era una continuación de la vida en la Tierra, por lo que los familiares llevaban comida y bebida a la tumba para que el difunto pudiera tener sustento en el más allá.
"Esto podría suceder durante varias generaciones, antes de que la tumba fuera olvidada. En caso opuesto, no estaría tan bien conservada", señala Tolmachova. La egiptóloga añadió también que los familiares visitaban solo la parte superior de la tumba, puesto que no tenían acceso a la parte subterránea, donde supuestamente se encuentra la momia de Wahtye.
Asimismo, explicó que los muros de la tumba contienen información sobre los logros principales del sumo sacerdote y todos sus títulos, además de sobre sus seres cercanos más queridos, como su esposa e hija, que muy probablemente también fueron enterradas en la tumba.
El sacerdote habría tenido un amor especial por su madre, según comentó también el descubrimiento Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto. El experto señaló que el nombre de la madre del sacerdote se menciona "en casi todas las partes de la tumba", en cuyos muros también figuran docenas de jeroglíficos, dibujos y relieves.
Waziri afirmó que el hallazgo es "el único de su clase en las últimas décadas" y que las capas más profundas de la tumba deben de contener muchos otros objetos. Uno de los cinco pozos descubiertos incluso podría albergar el sarcófago del dueño de la tumba, aparte de otros objetos. Para descubrirlo, los investigadores planean llevar a cabo más excavaciones en el lugar, señaló Waziri.
Sin embargo, Tolmachova puso en duda la afirmación de que la tumba sea una verdadera sensación a nivel global. "Yo no diría que la tumba de Wahtye sea única. En términos de importancia, está lejos de ser tan importante como la tumba de Tutankamón", señaló la especialista, aunque también añadió que este tipo de descubrimientos tienen lugar solo una vez cada varias décadas.
"Los relieves, inscripciones y títulos que enumeran las ocupaciones del sacerdote enterrado en la tumba se han conservado tan bien que tienen un interés especial desde el punto de vista del estudio de las referencias culturales de aquella época. Es poco probable que [el descubrimiento de la tumba] cambie drásticamente los datos sobre el Antiguo Egipto, pero puede complementar significativamente respuestas a algunas preguntas de los investigadores de esa época", destacó la experta.
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