La Presidencia de Mauricio Macri cumplió el pasado 10 de diciembre su tercer año de mandato y se encamina al último: un 2019 que pondrá a prueba su gestión en las urnas en el marco de una economía en crisis, que tiene casi todos sus indicadores en números rojos.
La posibilidad de una reelección del actual mandatario argentino dependerá de lo que pueda hacer de aquí a octubre, mes de las elecciones en Argentina, para reconquistar a su base de votantes y lograr extender así el proyecto de la alianza Cambiemos.
A pesar de una toma de deuda récord y de haber recibido el apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno no logró enmendar los problemas que arrastraba el país sudamericano desde la administración kirchnerista. Por el contrario, en la mayoría de los casos, se vieron empeorados.
Un ejemplo concreto es el de la inflación. Durante la campaña, el propio Macri sostuvo que la dificultad del anterior gobierno para bajar ese índice no era otra cosa que "la demostración de su incapacidad para gobernar". Mientras que en el último año de gestión de Cristina Kirchner la inflación se ubicó en torno al 30 %, las proyecciones para este 2018 la colocan cercana al 47%, la más alta desde la hiperinflación de 1991.
Ese y otros factores no resueltos o generados por el gobierno actual repercuten directamente en la economía doméstica de la mayoría de los argentinos: tarifazos, la escalada del dólar, la caída de la industria, el desempleo y la falta de inversiones, son solo algunos. Bajo este panorama, la prometida 'pobreza cero' quedó todavía más lejos. Del 29% de pobres que dejó la gestión de Cristina Kirchner en 2015 —es el máximo sin importar el indicador que se tome—, pasó al 33,6% en 2018, según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Sin embargo, Macri mantiene el optimismo intacto desde que asumió. La semana pasada, durante una charla frente a empresarios exportadores, el jefe de Estado se comprometió a "estabilizar la macroeconomía para bajar la inflación" y que "fluya el financiamiento".
1- "Sin credibilidad" para 2019
Pero los pronósticos para lo que resta de la gestión macrista no son para nada alentadores en ese sentido, y el año de las elecciones, que ya casi comienza, le pone presión al gobierno de Cambiemos.
Axel Kicillof, licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y exministro de Hacienda de Cristina Kirchner, sostiene que la situación económica "es desfavorable en casi todos los sectores", y eso repercute en la popularidad del presidente, que "ha bajado a menos de la mitad de cuando asumió".
Algunos tienden a vincular mecánicamente las chances electorales a la política económica. Pero para el actual diputado del Frente para la Victoria (FPV), hay "varios factores más" que pueden repercutir en una eventual derrota del oficialismo.
"El gobierno perdió mucha credibilidad porque no cumplió ninguna de sus promesas electorales. Buena parte de la sociedad está desilusionada, se siente estafada y está angustiada por la situación. Yo creo que aún si Macri consiguiera remontar de una manera transitoria y artificial la situación económica, ha perdido esa confianza por el uso y abuso del marketing político, sin resultados concretos", advierte el economista.
Si bien no se conocen aún las candidaturas, para Kicillof hay dos situaciones posibles teniendo en cuenta la polarización de buena parte del electorado: "Por un lado, la continuación de estas políticas neoliberales, de ajuste y endeudamiento, por el otro, una alternativa distinta, casi diría opuesta, que es un programa de industrialización, de redistribución de la riqueza, de mejoras de las condiciones de vida y de apoyo a los pequeños productores".
Su colega Guido Lorenzo, graduado con honores en la misma Universidad de Buenos Aires, cree que no hay que pecar de optimistas para ninguno de los casos, porque "los problemas estarán sea el gobierno que sea". Principalmente, el de la inflación y el de la deuda, que harán difícil lograr un crecimiento sostenido.
2- Inflación indomable
"La inflación que va a haber durante el gobierno de Macri por ahora totaliza 156 % en tres años. Si tomamos el pronóstico del presupuesto 2019, que el gobierno estima en 34,8%, va a terminar los cuatro periodos con una inflación, de punta a punta, de 220 %. Más del doble que cualquier etapa presidencial del gobierno anterior", remarca Kicillof.
Y agrega: "La incapacidad deriva de un claro error de diagnóstico y de las medidas que se fueron implementando. Macri sostenía que la inflación en Argentina, que existía, era producto de la emisión monetaria, de la baja tasa de interés y de la demanda por los altos salarios. Efectivamente, encareció el crédito, subió muchísimo la tasa de interés, generó una restricción monetaria muy fuerte, redujo el poder de compra de los salarios y hoy tiene el doble de inflación".
Guido Lorenzo coincide en ese punto y sostiene que "claramente se subestimó el problema".
"La inflación es un proceso más complejo que la emisión que genera aumento de precio, o el financiamiento del déficit fiscal con emisión de moneda. Muchos comerciantes aumentan en base a la inercia por lo que pasó antes, y lo que esperan que suceda el año que viene, o lo que aumente su colega, etcétera. Me parece que hubo una visión demasiado simplista", opina Lorenzo en diálogo con este medio.
3- La pobreza, más lejos del "cero"
Con los recientes datos que dio a conocer la UCA sobre pobreza en Argentina, los dos expertos en finanzas analizan lo hecho hasta acá por el macrismo en el poder.
"Con un desempleo que va a terminar duplicado respecto del que había en 2015, con una caída de los salarios por encima del 20 % en términos reales, aún superior en el caso de las jubilaciones, y con tarifas aumentadas en más de un 800 %, la verdad que no hay forma de que no haya un crecimiento de la pobreza", razona el diputado kirchnerista.
Según Kicillof, "nada de esto surge de una falla de implementación, sino de la orientación de la política económica. Es parte del paquete de medidas de corte neoliberal del gobierno".
Para Lorenzo es "bastante desalentador" el dato de la UCA porque "se había logrado un avance".
"Se habían bajado algunos puntos —en 2017— y había quedado por debajo del 30 %. Ahora si vemos los niveles estamos más lejos del cero, que desde ya es un objetivo incumplible. De todos modos, volver a un 33 % de pobreza lamentablemente va a ser duro de afrontar", dice el miembro de la consultora financiera ACM.
4- Contener al dólar
Durante el tiempo que lleva Mauricio Macri en la Presidencia, el dólar lleva una suba acumulada de más de 280%, con un pico máximo que superó los 40 pesos argentinos. En diciembre de 2015, cuando Cambiemos llegó al poder, el tipo de cambio era de 9,80 pesos y hoy ronda los 38,00.
Hoy, el dólar se mantiene al menos estable gracias a una política del gobierno que, según Kicillof, es "frágil y relativa".
"Tenemos la tasa de interés más alta del mundo, en torno al 60 %. Lo que hace el gobierno es ofrecerle a los ahorristas y a los especuladores una rentabilidad enorme, pero esa tasa de interés, que de alguna manera contiene el dólar, está ahogando el consumo, la inversión e incluso está volviendo inviable a los negocios privados, porque financiar el capital de trabajo con una magnitud tan alta de la tasa de interés, es casi imposible", consideró el economista y legislador.
"La conclusión de esto es que cuando uno ve que el gobierno intenta reducir la tasa de interés, inmediatamente hay algún movimiento del valor del dólar. Estamos en una situación donde no hay soluciones, todas las opciones son muy malas", señaló.
5- El equilibrio fiscal: ¿una buena noticia?
Argentina está en camino a cumplir con su meta fiscal en este 2018, tras haber reducido el déficit primario en un 49% en el mes de noviembre respecto al año anterior. Y todo indica que volverá a hacerlo en 2019. Al anunciar la noticia, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo que un ajuste fiscal de esta magnitud "nunca se había hecho en el país sin que caiga un gobierno".
Más allá de la llamativa declaración, se trata de un logro en materia económica en medio de una serie de problemas irresueltos, y la Casa Rosada lo ha sacado a relucir.
Para Lorenzo, el gobierno de Macri "tiene una visión bastante 'fiscalista' de la economía, según la cual pareciera que resolviendo el déficit fiscal se resuelven todos los problemas". "Lo fiscal me parece relevante pero no es el único tema a considerar", opina el investigador académico.
6- Las exigencias del FMI y el conflicto social
A fines de octubre, la Argentina logró un nuevo acuerdo de asistencia financiera con el Fondo Monetario Internacional, por un total de 56.300 millones de dólares hasta el año 2021. A cambio, el gobierno se comprometió a llevar adelante un plan de ajuste que, espera, le permita recuperar la confianza de los mercados internacionales. Para los argentinos, claro está, el retorno al FMI no trae los mejores recuerdos después de haber atravesado su peor crisis en 2001.
"Macri recurre de apuro al FMI y de manera involuntaria —explica Kicillof—. Lo hace porque en marzo de 2018 envía al entonces ministro de Finanzas a Nueva York para pactar nuevo endeudamiento que necesitaba para cubrir los vencimientos de la deuda que el propio gobierno había tomado en los dos años anteriores. La sorpresa que encuentra es que se le cierran los mercados voluntarios de deuda privada, no le prestan más. Ante esta situación, si no recurría al Fondo Monetario, Argentina caía en default".
Para el exministro de Cristina Kirchner, "lo único que resuelve con el acuerdo es que Macri no tenga dificultades con los vencimientos de su propia deuda".
Lorenzo, en cambio, cree que los objetivos son algo más profundos, y se le dan bien al gobierno. "Actualmente lo que se está resolviendo con el programa es ganar estabilidad y credibilidad para un Banco Central que la había perdido por completo durante la gestión de Federico Sturzenegger [expresidente de la entidad]. En el corto plazo, están comprando reputación y paz cambiaria. En el mediano plazo, pueden llegar a venir exigencias más profundas: reforma laboral, reforma previsional, y todas cuestiones que traen conflictos políticos y sociales".
7- La deuda que viene
En estos tres años, el gobierno de Mauricio Macri ha elevado abruptamente el peso de la deuda externa: en 2015, la relación entre la deuda y el PBI era del 53,5 %, hoy es del 81%. Emitió deuda por más de 200.000 millones de dólares. Los compromisos de esos pagos, los deberá afrontar la gestión que asuma en diciembre de 2019.
"De 2020 a 2024 hay vencimientos de deuda por 160.000 millones de dólares. Y dos terceras partes de esos compromisos son por deuda que colocó el propio Macri. Lo que hace es dejar al gobierno que viene con grandes dificultades, habiendo agotado el financiamiento privado y también la disponibilidad de fondos por parte del FMI", detalla Axel Kicillof.
Y agrega: "Es indudable que Macri recreó un problema que Argentina había dejado de tener. Porque se había metido entre el grupo de países en los cuales la deuda externa había dejado de ser una preocupación. Y ahora probablemente una de las principales preocupaciones sea el acceso a financiamiento, no para obras, crecimiento, inclusión social o infraestructura, sino simplemente para pagar los vencimientos de la deuda que Macri contrajo".
Emmanuel Gentile
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