Diversas empresas francesas quieren unirse al desarrollo del CR929, una aeronave de pasajeros de ancho fuselaje que desarrollan conjuntamente Rusia y China, informa TASS remitiéndose a Bertrand de Lacombe, director de Cooperación Internacional de la Autoridad de Aviación Civil de Francia.
"Francia está interesada en participar en el proyecto junto con Rusia y China", dijo este lunes Lacombe a los periodistas en el marco del Consejo Ruso-Francés de Asuntos Económicos, Financieros, Industriales y Comerciales (CEFIC). Según el funcionario, los fabricantes galos están listos para formular ofertas en la licitación convocada por compañías de esos dos países.
Lacombe no especificó qué tipo de elementos de la futura aeronave están listas a ofrecer las empresas francesas. Sin embargo, enfatizó que estas pueden proporcionar una amplia gama de servicios, incluyendo la producción de motores y otros equipos principales.
"Ya expresamos nuestro interés por el proyecto en el salón aéreo de Zhuhai en China en noviembre", añadió. "Ellos [los socios rusos y chinos] nos informaron que también están interesados en la participación de empresas francesas en este proyecto".
Las partes cooperarán en el proyecto sobre una base competitiva si los proveedores galos satisfacen las demandas económicas y técnicas y están listos para trabajar bajo un escenario de sanciones, afirmó Ravil Jakímov, jefe del sector de aviación del Ministerio de Industria y Comercio de Rusia.
"Ahora estamos en la etapa de formular las solicitudes y recopilar las ofertas", señaló Jakímov. "Las compañías francesas están muy deseosas de participar. Se trata de empresas como Zodiac, Thales o Safran. Ya enviaron sus propuestas", detalló.
El reto de Rusia y China
Los consorcios aeroespaciales estatales de los países impulsores —la Corporación Aeronáutica Comercial de China y la Corporación Aeronáutica Unificada de Rusia— sellaron una alianza para construir una aeronave de largo alcance de fuselaje ancho con capacidad para 280 asientos (versión básica) destinada a competir con los fabricantes internacionales Airbus y Boeing y sus modelos Airbus 320 y Boeing 737.
El proyecto busca que Moscú y Pekín unan sus conocimientos y recursos para desarrollar un gran avión de pasajeros de dos pasillos, que tendrá como nombre Comac C929.
La empresa aeronáutica conjunta tendrá su sede y línea de ensamblaje en Shanghái, y estará dirigida por un presidente ruso y un gerente general chino.
Se prevé que el mercado de aviones de fuselaje ancho se convierta en un negocio lucrativo por la creciente demanda mundial de vuelos aéreos. Airbus estima que alrededor de 7.500 aviones de doble pasillo, valorados en más de 2 billones de dólares, se venderán en todo el mundo durante las próximas dos décadas.
Un prototipo del CR929 fue presentado en el Salón Aeroespacial de Zhuhai (Guangdong, China), celebrado el pasado mes de noviembre.
Se proyecta que la versión básica CR929-600 pueda transportar a 280 pasajeros a una distancia de hasta 12.000 kilómetros. Esta familia de aviones medirá 63,25 metros, con una envergadura de 58-61 metros y una altura de 17,9 metros, e incluirá una modificación con un fuselaje extendido (CR929-700) y otro acortado (CR929-500).