El semanario alemán Der Spiegel anunció este miércoles el despido de uno de sus periodistas estrella, Claas Relotius, tras descubrir que varios de sus reportajes contenían historias, personajes y testimonios inventados.
"El reportero de Der Spiegel Claas Relotius ha falsificado historias e inventado protagonistas, con lo cual ha engañado a los lectores y a sus colegas", informó la revista, que explicó a sus lectores que el fraude periodístico "a gran escala" llevado a cabo por el redactor se destapó tras una exhaustiva investigación interna.
Claas Relotius, de 33 años, que ha escrito una sesentena de artículos para el semanario desde el año 2011, admitió que en catorce de ellos hay partes "completamente inventadas o adornadas con citas manipuladas u otros hechos de fantasía". Uno de estos narraba una historia sobre un prisionero yemení que pasó catorce años en el centro de detención de Guantánamo sin un motivo que lo justificara.
Ahora, toda su producción está bajo sospecha. "Lo único que se puede afirmar con certeza en este momento es que el trabajo de descubrimiento tan solo acaba de empezar", aseguran desde la publicación.
El joven reportero ha recibido cuatro premios alemanes de periodismo a lo largo de su breve pero fulgurante carrera, el último de los cuales este mismo año en la categoría de 'Mejor Reportaje', por la narración de la historia de un joven sirio, supuestamente relacionada con el inicio de la guerra civil en su país. Además, ha recibido un premio de la prensa europea, y fue nombrado 'Periodista del año' por la CNN en 2014.
Un colega detectó el fraude
Según una de las notas sobre el caso publicadas en la propia web de Der Spiegel, las primeras sospechas surgieron tras la publicación en noviembre de 2018 de un artículo sobre un grupo de vigilantes estadounidenses que patrullaban en la frontera con México.
Relotius trabajaba en esa historia junto a un periodista de origen español llamado Juan Moreno, que empezó a desconfiar de su colega alemán y decidió poner sus sospechas en conocimiento de la revista, preocupado porque su firma se viese afectada por la publicación de información falsa. En ese momento se puso en marcha la investigación sobre el trabajo de Relotius y aparecieron las primeras muestras de la "fantasía" del periodista estrella.
"Después de negar inicialmente las acusaciones, Relotius acabó confesando a finales de la semana pasada", informan desde semanario.
El periodista incluyó en sus reportajes testimonios de personas que nunca había conocido o con las que nunca había hablado, contando sus historias o citándolas directamente. Durante la investigación, Relotius reconoció que se trataba de personas que había visto en otros medios de comunicación o en grabaciones de video. "Al hacerlo, creó personajes compuestos de personas que realmente existían, pero cuyas historias había fabricado", aclaran desde la revista, especificando que "también inventó diálogos y citas".
Sistemas de verificación burlados
Uno de los aspectos más llamativos de este escándalo es que Relotius consiguió introducir testimonios y personajes falsos en trabajos periodísticos que eran revisados por el estricto departamento de documentación de Der Spiegel, compuesto por más de 60 personas y cuya tarea consiste, precisamente, en verificar la autenticidad de las informaciones y datos que se publican.
Der Spiegel, cuyo rigor profesional se ha visto seriamente comprometido por este episodio, ha publicado tres extensas notas para explicar lo sucedido y ha admitido sus errores. No obstante, insiste en que todo el material que sacan sus redactores a la luz, tanto en la edición digital como en papel, es revisado por un editor, por el propio director del medio y por un equipo de expertos asesores legales. Nada de esto impidió, sin embargo, que un periodista como Relotius pudiera burlar los controles e incluir informaciones falsas.