El Gobierno de Japón anunció este miércoles que a partir de julio del año que viene abandonará la Comisión Ballenera Internacional (CBI), con lo que reanudará la caza comercial de ballenas, algo que no hacía desde la década de 1980, publicó la agencia The Associated Press.
Desde ese momento, las autoridades niponas adoptaron lo que denominaron caza con fines de investigación, considerada por sus críticos como una fachada. Sin embargo, al entender que la población se recuperó, decidió retomar la actividad comercial, "en conformidad con la política fundamental de promover el uso sustentable de los recursos vivos acuáticos con base en la evidencia científica", explicó el jefe de Gabinete, Yoshihide Suga.
"Lamentablemente, hemos tomado la decisión de que es imposible que en la CBI coexistan países con diferentes puntos de vista", agregó el funcionario, al asegurar que el organismo está dominado por conservacionistas y que Japón estaba decepcionado por sus labores para manejar las poblaciones de ballenas, pese a tener el mandato tanto de conservación como de desarrollo de la industria.
La caza comercial se limitará a las aguas territoriales japonesas y a zonas económicas exclusivas, que se extienden a 320 kilómetros alrededor de sus costas, aunque no realizará sus expediciones anuales al océano Antártico y al Pacífico Noroeste.
Por su parte, Hideki Moronuki, de la agencia de pesca de Japón y negociador del CBI, aclaró que utilizarían el método de la comisión para definir una cuota de pesca, aunque no brindó un estimativo.
Las críticas
Una de las entidades que cuestionó la decisión del Gobierno japonés, como hicieron Australia y Nueva Zelanda, fue Greenpeace, que aseguró que la vida marina está amenazada por la contaminación, así como por la sobrepesca.
"El anuncio está en desacuerdo con la comunidad internacional y con la protección necesaria para salvaguardar el futuro de nuestros océanos y de estas criaturas majestuosas. El Gobierno de Japón debe actuar de manera urgente para conservar los ecosistemas marinos, en lugar de reanudar la caza comercial de ballenas", aseveró Sam Annesley, director ejecutivo de Greenpeace Japón.
A su vez, el portavoz de la Federación de asociaciones protectoras y de defensa animal de la Comunidad de Madrid, Alberto Díez Michelena, destaca que la Comisión Ballenera Internacional mostró su incapacidad de defender a estos cetáceos por medio de acuerdos. Y añade que, si la situación en torno a las ballenas continúa como ahora, será una catástrofe.