En el séptimo sábado consecutivo de protestas desde que estalló el movimiento de los 'chalecos amarillos', unos 12.000 participantes se habían congregado al mediodía en las distintas manifestaciones celebradas a lo largo del país, según cifras del Gobierno francés citadas por AFP. De todos ellos 2.500 marcharon por Burdeos y tan solo 800 por París, mientras que al menos 20 personas han sido detenidas.
Las protestas del movimiento 'chalecos amarillos', que estallaron el pasado 17 de noviembre, estaban motivadas originalmente por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno de Macron anuló ese aumento de impuestos, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio dirigido contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.
Los manifestantes se quejan de los impuestos exorbitantes, de los bajos salarios y de la incapacidad de encontrar un trabajo bien remunerado, al tiempo que acusan a las autoridades de alejarse de la gente y trabajar en beneficio de las personas más ricas del país.
Gas lacrimógeno en Ruan
Durante esta jornada de protestas se produjo un intenso enfrentamiento entre los manifestantes y la policía antidisturbios en la capital de la región de Normandía, Ruan.
Cuando las manifestaciones se salieron de control, las fuerzas de seguridad utilizaron gas lacrimógeno en un intento por contener a los 'chalecos amarillos'.
Lejos de la violencia, un gran grupo de manifestantes también marchó por las calles, ondeando banderas francesas y cantando consignas.