Un grupo de investigadores estadounidenses descubrió que el asteroide que provocó la extinción de los dinosauros hace 65 millones de años generó un tsunami de una milla (1.600 metros) de altura que recorrió todo el planeta.
El equipo del Departamento de Ciencias de la Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Michigan realizó la primera simulación del maremoto desde el comienzo "hasta el final de la propagación de las olas", como señaló la investigadora principal Molly Range.
La roca denominada Chicxulub, que medía 14 kilómetros de diámetro, impactó en lo que hoy es el golfo de México. "El asteroide de Chicxulub resultó en un enorme tsunami, el cual no se ha visto en la historia moderna", destacó Range en diálogo con Live Science. Y añadió: "No fue hasta el inicio de este proyecto que me di cuenta de la escala real de este tsunami, y ha sido una divertida investigación para compartir".
¿Qué fue lo que pasó?
Para realizar la simulación, el equipo científico acudió a Brandon Johnson, profesor que estudia los cráteres de impacto en la Brown University en Rhode Island. Con su colaboración determinaron que en los 10 minutos posteriores al choque con la Tierra, el asteroide se hundió a 1.500 metros de profundidad y la explosión fue tan poderosa que aún no había agua dentro. "En este punto, el agua se estaba moviendo hacia el cráter" y luego de precipitarse "se retiró, formando una 'ola de colapso'", apuntó Range.
La investigadora sostuvo que "este tsunami se movió por todo el océano". En el golfo de México el agua alcanzó los 143 kilómetros por hora y en las primeras 24 horas, los efectos se extendieron hacia el Atlántico, así como a través de la vía marítima de América Central (que ya no existe, pero que conectaba el golfo con el Pacífico).
Después de la ola inicial, otras réplicas se dieron en distintas partes de la tierra. En el Pacífico Sur y el Atlántico Norte, alcanzaron una altura máxima de 14 metros. En el Pacífico Norte fueron de cuatro metros. Mientras tanto, el golfo de México vio olas de hasta 100 metros.
A modo de comparación, la ola moderna más grande jamás registrada en el hemisferio sur tuvo una altura 23,8 metros y golpeó cerca de Nueva Zelanda en mayo de 2018. Asimismo, el tsunami que devino luego del impacto del asteroide llegó a ser 29.000 veces más poderoso que el que asoló el océano Índico en 2004.
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