No, no fueron los rusos: Resuelto el caso de la filtración de datos de políticos alemanes

Un estudiante germano ha confesado su culpabilidad y Alemania descarta que Rusia esté detrás de los hechos.

A Alemania le llevó dos días efectuar un arresto por la filtración masiva de datos personales de políticos germanos y, a pesar de ciertas especulaciones sobre la posible participación del Kremlin, Berlín descartó que el detenido tuviera vínculos con otros países.

Esa difusión de información sobre diversas figuras políticas, incluida la canciller Angela Merkel, tuvo lugar el pasado diciembre a través de diferentes cuentas de Twitter, pero pasó desapercibida hasta los primeros días de este año.

Mientras se investigaba esta fuga —que incluía direcciones de correo electrónico, números de teléfono, fotografías de carnés de identificación, detalles de tarjetas de crédito y hasta historiales de chat personales—, comenzaron a circular versiones respecto a que Rusia habría realizado ese ataque como parte de su supuesta guerra híbrida contra las democracias occidentales.

Lejos de cualquier trama de espionaje con participación de la Inteligencia rusa, la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania (Bundeskriminalamt o BKA, en alemán) desveló el pasado 8 de enero que la realidad era mucho más simple.

El sospechoso arrestado es un estudiante de 20 años que vive con sus padres en la región alemana de Hesse y ya habría confesado la autoría del hecho antes de recuperar su libertad. Ese joven habría actuado debido a su "irritación por las declaraciones" de políticos y otras figuras públicas afectadas por la filtración, según aseveró durante una rueda de prensa el fiscal general germano, Georg Ungelfuk.

Tanto el ministro del Interior de Alemania, Horst Seehofer, como el director del BKA, Holger Munch, y su homólogo de la Oficina para la Seguridad de la Información (BSI), Arne Schonbohm, rechazaron la posibilidad de que otros países estuvieran involucrados en el asunto.

Según los investigadores, el detenido no utilizó ningún programa malicioso, sino que se aprovechó de las prácticas de seguridad poco eficientes de sus víctimas. Al respecto, Seehofer recomendó que las personas establezcan contraseñas más seguras en sus servicios informáticos, informa Reuters.

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