El presidente de EE.UU., Donald Trump, vendió bienes raíces por un valor estimado de 35 millones de dólares el año pasado, de acuerdo con un análisis de registros locales y federales de propiedad realizado por la revista Forbes. Según destaca el medio, el mandatario delegó la administración diaria de sus activos en sus hijos Eric y Donald Jr. tras asumir el cargo, pero mantuvo la propiedad de su negocio, que continuó liquidando propiedades.
Más de la mitad de esos millonarios ingresos provinieron de un solo acuerdo, en el que Trump y sus socios comerciales vendieron un complejo residencial en Brooklyn, dotado con subsidio federal, por aproximadamente 900 millones de dólares. El presidente se llevó unos 20 millones de ganancia en esta transacción.
Alrededor de 5,5 millones de dólares adicionales obtuvo en ganancias el inquilino de la Casa Blanca por la venta de 36 unidades dentro de su torre de 64 pisos en Las Vegas. Un tercio de los clientes realizaron la compra a través de sociedades anónimas, según enfatiza la revista. Eso permite a los compradores proteger sus verdaderas identidades.
De acuerdo con Forbes, las transacciones del presidente contienen otras controversias éticas. Justo antes de que Trump asumiera el cargo, uno de sus abogados prometió: "No se harán nuevos acuerdos extranjeros durante la presidencia de Trump". Sin embargo, el 2 de octubre, una unidad en la torre de Las Vegas fue vendida por 255.000 dólares al ciudadano chino Yu Zhang.
El presidente aún posee bienes raíces residenciales por un valor estimado de 437 millones de dólares. La revista señala que, teóricamente, esto representa una posibilidad para cualquiera de canalizar dinero al mandatario a través de la compra de sus propiedades.