El movimiento de los 'chalecos amarillos' sale este sábado a las calles de Francia por novena semana consecutiva desde que las protestas estallaron el pasado 17 de noviembre.
En el trancurso de las protestas en París, la Policía ha lanzado gases lacrimógenos y ha utilizado cañones de agua contra los manifestantes.
Según una fuente policial citada por BFMTV, en total se congregaron más de 84.000 personas a nivel nacional en el momento culminante de la jornada de protestas.
En París 8.000 personas participaron en una marcha autorizada por la Prefectura. Las manifestaciones han reunido también a 6.700 personas en Bourges, 5.500 en Toulouse, 4.500 en Burdeos, 3.000 en Caen y 2.700 en Marsella.
La Policía ha practicado un total de 240 detenciones en toda Francia, de las que 156 se registraron en París. Doscientas personas fueron puestas bajo custodia policial en toda la nación.
El origen del movimiento
Las protestas de los 'chalecos amarillos' surgieron originalmente como una reacción ante el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno de Macron anuló dicho aumento de impuestos, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio dirigido contra las políticas oficiales y sus reformas económicas.
En el plano general, los manifestantes se quejan de los impuestos exorbitantes, de los bajos salarios y de la imposibilidad de encontrar un trabajo bien remunerado, al tiempo que acusan a las autoridades de alejarse de la gente y trabajar en beneficio de las personas más ricas del país.