La saudita Rahaf Mohammed al Qunun, de 18 años, quien huyó de los maltratos de su familia y solicitó asilo en Canadá tras pasar por Tailandia, dijo que su periplo "valió la pena" para poder disfrutar de una vida independiente donde se respetaran sus derechos.
"Sentí que no podía lograr los sueños que deseaba mientras viviera en Arabia Saudita", dijo la joven en una entrevista a la cadena CBC. "Sentí que había renacido, especialmente cuando sentí el amor y la bienvenida", describió su llegada al país norteamericano.
"Nunca pensé que había un solo por ciento de posibilidades de que esto pudiera suceder. Me siento muy segura en Canadá, un país que respeta los derechos humanos", relató Rahaf.
"Es algo que vale la pena el riesgo que tomé. No tenía nada que perder", afirmó. "Nos tratan como un objeto, como esclavas. Quería contarle a la gente mi historia y lo que les pasa a las mujeres saudíes", denunció.
La joven planea recibir una educación, conseguir un trabajo y "vivir una vida normal" en su país de acogida, cosas que dijo que no podía hacer en Arabia Saudita, informa Reuters. "Aprenderé cosas que no aprendí. Exploraré la vida (...) Tendré un trabajo y viviré una vida normal", aseguró la saudita.
- Rahaf huyó cuando estaba de viaje con su familia en Kuwáit. El 5 de enero tomó desde allí un vuelo a Bangkok (Tailandia), donde fue abordada por autoridades sauditas y kuwaitíes por viajar sin permiso del familiar encargado de su tutela, que la denunció.
- Su plan inicial era ir a Australia y tras pasar unos días de tránsito en Tailandia, pero las autoridades le denegaron la entrada al país por no contar con pasaje de vuelta ni con reservas de hotel en territorio tailandés.
- La joven aseguró a las autoridades que la matarían en caso de que fuera repatriada a Arabia Saudita y se atrincheró en un hotel de la zona de tránsito del aeropuerto, desde donde envió una serie de tuits pidiendo ayuda.
- Su caso fue recogido por Human Rights Watch y numerosos periodistas, después de lo cual Tailandia le permitió quedarse y la ONU evaluó su solicitud de asilo.
- El 9 de enero, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) la reconoció como refugiada.