¿Se acaba el café? Advierten que más del 60 % de las especies están en peligro de extinción
El café de la mañana y de la tarde constituyen una práctica generalizada en todo el mundo que ahora corre serio peligro. Las plantaciones de ciertas variedades de café destinadas a consumo humano pueden desaparecer. Los especialistas advierten de que es cuestión de décadas.
Un estudio realizado por especialistas del Real Jardín Botánico de Kew, en el Reino Unido, advierte que 75 de 124 especies silvestres de café están en peligro de extinción, de acuerdo con los parámetros de la Lista Roja Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La causa: el cambio climático, el consiguiente aumento de las temperaturas, la disminución de las lluvias y también la deforestación.
Aunque en la actualidad el café crece en granjas, sus predecesores silvestres crecían en regiones específicas, como Etiopía y Sudán, en África, zonas que sufren los nuevos condicionamientos ambientales. Una de las plantas estudiadas es la de café arábigo, que si no se modifica el actual rumbo climático podría ser considerada como una especie amenazada en solo dos décadas.
Por ello, Aaron Davis, quien lideró el estudio, asegura que entre las especies que podrían desaparecer están las que "tienen potencial para producir y desarrollar los cafés del futuro y aquellas capaces de resistir enfermedades y de soportar el empeoramiento de las condiciones climáticas".
Una amenaza que crece
El paso de los años demostró que las preocupaciones de los investigadores tenían asidero, ya que en 2012 los científicos del Real Jardín Botánico de Kew aseguraron que el cambio climático afectaba la producción de la especie arábiga en Etiopía, que podría caer un 85 % para 2080.
Luego, en 2017, agregaron que más de la mitad de los campos utilizados para cultivar café en ese país podrían ser, a finales de este siglo, inadecuados para la producción.
En consecuencia, los investigadores señalaron que, debido al cambio climático, el arbusto del café, llamado cafeto arábigo, podría convertirse en una especie amenazada en solo dos décadas. Por eso, Davis señaló que asegurar su producción no es importante por la bebida, sino por las comunidades agrícolas de los países productores que dependen del café como fuente de ingresos.