La semana pasada el Senado chileno aprobó un acuerdo de libre comercio con Argentina, país que había hecho lo mismo a fines del 2018 en su Cámara de Diputados, y de esta manera se dio inicio a una nueva relación bilateral entre ambas naciones.
Durante la realización de la cumbre mundialista del G-20 en Buenos Aires —en noviembre del 2018— el presidente de Chile, Sebastián Piñera, mantuvo reuniones con su homólogo argentino, Mauricio Macri, donde confirmaron la viabilidad del acuerdo que daría más agilidad a la relación comercial que llevan actualmente. Dentro de los próximos 90 días los mandatarios serán los encargados de poner en marcha e instrumentar legalmente el proyecto.
El pacto inicial se firmó en 2017 y, desde entonces, se trabajó en diversos términos que finalmente fueron rectificados en los respectivos parlamentos. Entre los puntos más salientes, se destacan la simplicidad en trámites de importación y exportación, la intención de potenciar el comercio dirigido a Asia y la implementación de diversos programas de desarrollo para pequeñas y medianas empresas, entre otros.
Actualmente, el flujo comercial entre ambos países es de unos 3.900 millones de dólares. En ese intercambio, Argentina es la más favorecida por la exportación anual a Chile de unos 3.000 millones de dólares.
El actual embajador argentino en Chile, José Octavio Bordón, resaltó en una entrevista con radio La Red que el Tratado de Libre de Comercio (TLC) profundiza una continuidad de trabajo en relación al Mercosur.
"Estamos avanzando en un proceso de articulación y convergencia que tenemos en el Mercosur con otros países de la región. Hay que aclarar que esto no es una revolución, es un paso más en una relación que no retrocede ni se estanca, sino que avanza paso a paso", explicó Bordón y destacó que el superávit comercial entre ambos países es el más importante de la región.
En la misma línea, el ministro de relaciones exteriores de Chile, Roberto Ampuero, celebró la nueva relación bilateral y recordó ciertas asperezas del pasado que las naciones tuvieron entre sí, pero hoy comparten un camino hacia la integración y el entendimiento.
Los puntos claves
- Facilidades en el comercio
Se establecen compromisos para la eliminación de los obstáculos técnicos innecesarios que impidan el libre comercio, incentivando la cooperación y transparencia gubernamental. Se agrega, además, un capítulo que establece distintas disciplinas para facilitar la importación y exportación de servicios entre ambos países, respetando ciertos aranceles previamente acordados y asegurando el derecho a un trato no discriminatorio, práctica que sucede a través de la implementación de cuotas que restrinjan el acceso al mercado.
- La integración de pequeñas y medianas empresas
Se regula el intercambio de información relevante y de interés para la categoría de pequeñas y medianas empresas (PYME). También se implementarán programas de desarrollo para ese tipo de compañías con una evaluación periódica de sus avances, a cargo de un comité especial, e integrado por representantes gubernamentales de Argentina y Chile.
- Exportaciones hacia Asia
Aquellos productos argentinos que se encuentren en puertos de Chile podrán tener una mayor agilidad en los trámites aduaneros para la exportación hacia China. De esta manera, se impulsará un comercio de cooperación entre los países para potenciar su comercio con países de Asia.
- Eliminación del roaming
En cuanto a los turistas y el personal que trabaje en pasos fronterizos, se destaca la eliminación del roaming telefónico entre ambos países, a partir del primer año en que se ponga en marcha el acuerdo. Esto significa que los proveedores de telefonía móvil deberán cobrar las mismas tarifas en ambos países sin importar la compañía o el plan que se disponga.
- Derechos laborales
Los países se comprometen a hacer cumplir su legislación laboral pertinente, así como también la aplicación y promoción de las normas fundamentales de trabajo reconocidas internacionalmente, tales como la libertad de asociación, la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva.
Ganadores y perdedores
Javier Echaide, especialista en derecho internacional y tratados comerciales, explica que el nuevo acuerdo no favorece a la integración actual del Mercosur.
"Este Tratado de Libre Comercio (TLC) rompe con las negociaciones regionales, ya que es la primera vez que Argentina firma un TLC por fuera del conglomerado sudamericano. Se hicieron alianzas similares, como la negociación con la Unión Europea, peros siempre dentro del Mercosur. Esto muestra, cada vez más, la intención de los países miembros de firmar acuerdos comerciales por fuera, colaborando con la desintegración", asegura Echaide.
El especialista también remarcó el impacto negativo que en general tienen los TLC en los Estados que lo articulan.
"Tienen una regulación más permeable al mercado y con menos incidencia del Estado. Por lo tanto, los sectores más competitivos de ambos países son los que más se benefician, dejando de lado a los más desventajados, que por el nivel de producción, quedan excluidos. Esto provoca un incremento en la brecha de desigualdad, ya que solo se produce una acumulación de riqueza para aquellos sectores con economías más fuertes y arraigadas al mercado", finalizó Echaide.
En otra línea, Juan Pablo Lohlé, director del Centro de Estudios Políticos Estratégicos Internacionales y ex embajador argentino en Brasil, adhiere que el tratado es esencial para las dos economías y subrayó la necesidad de comerciar hacia Asia desde el Océano Pacífico:
"Tenemos una frontera limítrofe muy extensa con Chile y ellos están volcados al pacífico, lo cual mirando hacia el comercio asiático, la vuelve estratégica. La tendencia natural de la región es buscar una salida hacia aquel lado del océano. Chile ya tiene más de 100 TLC firmados en el mundo. Ellos decidieron esa política y les dio resultado. Argentina no puede perder competitividad en el mercado mundial hoy, por lo que debe acceder a este tipo de acuerdos", afirmo Lohlé.
Respecto al efecto que pueda traer para el Mercosur, el ex embajador señaló que entre Argentina y Brasil deberán definir si hay una reestructuración del conjunto de países de sudamericanos o una fragmentación definitiva:
"El problema es que la región debe estar a la altura de lo que demanda hoy el comercio internacional. Argentina y Brasil se beneficiaron con el Mercosur mirando 20 años hacia atrás, pero los últimos cuatro no han sido los mejores para ninguno. La decisión de Bolsonaro y Macri será clave para definir este futuro", explicó el especialista.
Facundo Lo Duca
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