La guerra del presidente filipino Rodrigo Duterte contra las drogas tiene un nuevo seguidor: el presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, que expresó sus deseos de implementar la misma política contra los narcóticos, durante su última visita a Manila, esta semana.
Sirisena expresó que "la guerra contra el crimen y las drogas" llevada por su homólogo filipino es "un ejemplo para todo el mundo y personalmente para mí", y dado que en su país "la amenaza de las drogas es galopante", las autoridades de Sri Lanka "deberían seguir sus pasos para controlar este peligro", reporta The Guardian.
Por su parte, el mandatario filipino dijo que esto significaría una alianza con Sri Lanka en un futuro para combatir conjuntamente el tráfico internacional.
La guerra contra las drogas del presidente filipino, que ya ha realizado más de 5.000 ejecuciones oficiales desde el 2016, ha sido criticada por grupos de derechos humanos en todo el mundo, supuestamente por alentar asesinatos extrajudiciales. El año pasado, la Corte Penal Internacional confirmó que llevaba a cabo una investigación ante el actuar de Duterte, pero los funcionarios filipinos insisten en que el tribunal no tiene jurisdicción sobre el asunto.