La increíble historia del mexicano que ha recorrido 40 países vestido como el Chapulín Colorado
El año es 2014 y el lugar Monterrey, México. Caleb Lingow, de 28 años, mira una, dos y hasta tres veces la hora para que el día termine en la oficina donde trabaja desde hace un año: el ruido de los teclados, las ventanas sin paisajes y las camisas y zapatos formales de sus compañeros ─ingenieros electrónicos como él─, lo llevaban a una reflexión existencial. "¿Así será el resto de mi vida?", habla para sí mismo, "¿Hay algo más que esto?", vuelve a cuestionarse.
Aún no los sabe, faltarán unos meses, pero las respuesta le harán cambiar el techo raso de su oficina por auroras boreales en el cielo de Islandia; el café instantáneo de su escritorio por caipirinhas en playas de Río de Janeiro; el transporte público por aventones en una ruta inhóspita de Macedonia; también cambiará la computadora por un martillo llamado 'chipote chillón'; sus camisas elegantes dejarán de cubrirle los brazos y una remera roja, con un corazón amarillo a la altura del pecho y dos iniciales ─CH─ , lo acompañará en el frío punzante de la Patagonia argentina y el calor áspero de Montenegro. Pero ahora, mientras revisa mails laborales, Caleb Lingow vuelve a mirar el reloj: aún le faltan dos horas para retirarse.
Conocido como el 'chapulín mochilero', Caleb emprendió un viaje con la ambición de recorrer el mundo. Salió de la ciudad de Monterrey, en el estado de Nueva León, el 24 de febrero del 2014. Desde ese día, lleva visitados más de 40 países en Latinoamérica y Europa con una particularidad que lo diferencia de otros viajeros: su disfraz del 'Chapulín Colorado'. Aquel mítico personaje de la serie creada e interpretada por Roberto Gómez Bolaño en 1972 obtuvo tanto éxito que 47 años después, aún continúan emitiendo su programa en algunos canales de Sudamérica.
"Me había hartado de la rutina. Mi vida solo era ir al trabajo, hacer actividad física y volver a mi casa. Todo muy monótono. Necesitaba experimentar cosas nuevas. Conocí en internet el blog de una argentina de 23 años que empezó a viajar por Sudamérica con poco dinero y la principal pregunta que le hacían era cómo perder el miedo a hacerlo. Fue ahí que comencé a considerar la idea de dejar mi trabajo y salir a la ruta", cuenta hoy Caleb en dialogo con RT, desde Islandia.
Pero la decisión del mexicano y su aventura se terminarían de consolidar ante un suceso inesperado: meses antes de comunicar el abandono de su trabajo, sus jefes lo despiden sorpresivamente. "Fue la señal para comenzar", afirma el viajero.
'Chapulín' de Latinoamérica
1.000 dólares. Ese fue el dinero con el que Caleb salió de su casa por primera vez, donde vivía junto a su madre y hermanos y a quienes no volvería ver por más de dos años. Lo habían aceptado para trabajar en un hostel de Guatemala, su primer país. Luego vendrían Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil, entre otros.
Pero hasta al momento la idea de vestirse como el 'Chapulín Colorado' no había llegado a sus planes. Fue luego de pasar largas caminatas al costado de las rutas sin que nadie lo levanté, cargando una mochila de 20 kg y bajo el sol candente de Centroamérica.
"Necesitaba algo que llamara la atención. Que los autos y camiones en la ruta puedan verme desde lejos y detenerse a mirar. Y como mexicano, 'Chespirito' [Roberto Gómez Bolaño] es una figura especial. Por eso lo elegí. Además, el 'Chapulín' representa el verdadero espíritu del valor. Que no es la ausencia total del miedo, sino hacer las cosas igual pese a que el temor nos invada", describe Caleb.
Fue en Honduras, en un pequeño mercado local, que consiguió los elementos básicos para diseñar el traje: una remera roja, retazos de una prenda amarilla para las iniciales del corazón y hasta un 'chipote chillón', el arma que utiliza el personaje en la serie para enfrentar a sus enemigos. Pero el resultado no fue el mejor. Las medidas no fueron adecuadas, tampoco los cortes. Pero igualmente allí, con la apariencia de un caballero rojo, fue el comienzo del 'Chapulín mochilero'.
"Llegué hasta Nicaragua y luego me instalé en Costa Rica, donde conseguí un trabajo por varios meses y me compré un disfraz nuevo y completo, hasta con las antenitas de vinil. Realmente tuvo buena respuesta en la gente. Me pedían fotos, me ofrecían algún tipo de ayuda y los autos frenaban más en la ruta. Ahí comprendí que podía aprovechar esto", recuerda el ingeniero.
Durante sus recorridas trabajó en los más diversos lugares. La mayoría de las veces como intercambio por alojamiento y en hostales, un punto común para viajeros de todo el mundo. También llevó una carpa que utilizó en lugares donde no conseguía alojamiento o cuando nadie podía ofrecerle un aventón en la ruta y la noche lo sorprendía solo y sin un lugar donde estar. Aquella parte de su viaje —los infortunios— también, explica él, son aprendizajes que lo formaron como persona.
"El viaje también tiene una parte negativa. No es solo fiesta, conocer gente nueva y paisajes soñados. Las adversidades que debe pasar un viajero se asimilan un poco a las de la vida misma: querer rendirse, angustiarse, pensar negativamente. Esas cosas también forman parte del plan porque nos dejan enseñanzas para el resto de nuestras vidas", asegura el viajero.
Caleb recuerda su paso por San Pedro Sula, una de las ciudades más violentas de Honduras, país también famoso por su alta tasa de criminalidad. Le habían advertido de su peligrosidad antes de llegar. Pero fue ahí mismo, 'en la ciudad de las Maras', como se la conocía en alusión a las pandillas, donde conoció a dos personas que lo acompañaron durante un tamo de su viaje.
"Era una chica y un mexicano vestido de mariachi que también andaba recorriendo. Fue una conexión muy buena y que hubiera lamentado no hacer si me dejaba llevar por los comentarios de la ciudad. Aunque andaba con cuidado, en ningún momento me sentí en peligro. Ahí comprendí también como los medios pueden moldear muchas opiniones. Romper los moldes es parte de esto", explica.
También destaca la vez que cruzó la frontera de Nicaragua para llegar hasta Costa Rica y fue detenido por la seguridad migratoria. Lo condujeron a una pequeña sala donde comenzaron a interrogarlo de mala manera. Las preguntas de cómo se mantenía y de dónde sacaba el dinero para viajar lo ponían cada vez más incomodo hasta que el propio jefe de seguridad entró y lo reconoció. "¿Tu eres el "Chapulín Mochilero?", le preguntó. Había leído su historia en un periódico mexicano. Lo dejaron ir, aunque Caleb admite que el trato a los mexicanos en ese paso suele ser "discriminatorio y hostil".
La llegada a Europa
En 2017, luego de su aventura por América Latina, y un breve tiempo de vuelta en Monterrey para visitar a su familia, el 'Chapulín' llegó a Europa. El viejo continente había sido el nuevo objetivo luego de completar su continente.
Entonces, llegó: Bélgica, Holanda, Alemania, Polonia, Republica Checa, Eslovaquia, Austria, Hungría, Serbia, Macedonia, Albania, Montenegro, Bosnia, Croacia, Eslovenia, Italia, Francia, España, Portugal e Islandia, donde reside actualmente, fueron las conquistas hasta el momento del mexicano.
Una de las cosas que comprendió al viajar por las rutas europeas era que su disfraz ya no llamaba tanto la atención como en Latinoamérica. La imagen del 'Chapulín' no era reconocida, incluso podía complicar su viaje con los locales al no comprender el personaje. Por lo que decidió guardar el traje y utilizarlo en algunas ocasiones particulares.
"Llevo su espíritu que es lo más importante. El 'chipote chillón' lo regalé en España. Ahí era un poco más conocido. Pero nunca se sabe cuando lo volveré a necesitar", dice Caleb.
En sus anécdotas dentro del viejo continente destaca la barrera del idioma, que fue lo más dificultoso de superar, como en Serbia. También la mirada discriminatoria por su condición de inmigrante latino en Hungría. Pero, como él explica, "todo es un permanente aprendizaje".
Actualmente, trabaja en una zona rural de Islandia realizando tareas propias de la actividad. Aun quiere recorrer más países del continente, pero asegura que su objetivo es, por el momento, Asia.
Frente a la pregunta de qué cambió en él en relación a aquel joven que miraba seguido la hora en su antiguo trabajo, Caleb asegura que eso no se puede medir: "Estamos en permanente cambio. Entendí que debemos formar nuestras propias aventuras, no dejar que nos la cuenten. El miedo y el dinero nos detienen por lo que nos dicen desde afuera. Al mundo debes salir a mirarlo con tus propios ojos. Y luego de hacer esto durante tanto tiempo, le digo que por lo menos se tomen seis meses de su vida para hacerlo", aconseja el 'Chapulín mochilero'.
Facundo Lo Duca
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