EE.UU. pretende dominar el Ártico pero teme quedar varado en el hielo
Últimamente Washington ha mostrado un interés especial en la región del Ártico. Hace unos días, el secretario de la Marina estadounidense, Richard Spencer, afirmó a The Wall Street Journal que su país en los próximos meses planea navegar en la región en una "operación de libre navegación", protagonizada por un buque de guerra y bajo el derecho internacional de libertad de navegación en alta mar.
Se tratará de la primera vez que la Marina estadounidense realice esto tipo de maniobras en el Ártico. La operación se debería a que la región se ha convertido en una zona más accesible debido al cambio climático, que ha llevado a un mayor derretimiento de hielo en el verano. Esto abre más caminos acuáticos navegables y facilita el tráfico marítimo por rutas que solían ser inaccesibles.
Asimismo, EE.UU. planea reabrir la base militar en Adak, Alaska, ubicada cerca de la frontera con Rusia. La instalación funcionó en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría, desde el 1942 hasta 1997.
Según afirmó Spencer, Washington planea llevar a la base buques de superficie y aviones de patrulla y reconocimiento antisubmarino P-8 Poseidon. El secretario de la Marina señaló que es seguro que EE.UU. "se dirigirá allí", pero el país todavía no tiene planes concretos sobre sus operaciones en la región.
Desde Rusia se han expresado sobre los planes de EE.UU. de realizar una operación con un buque de guerra, invocando el derecho marítimo con una convención de la ONU de 1982. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, señaló que EE.UU. puede llevar a cabo sus planes y tiene libertad de hacerlo, al igual que cualquier otra potencia.
"EE.UU. es una potencia ártica. EE.UU., en conformidad con el derecho internacional, incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 puede ―como todas las demás potencias árticas― usar rutas marítimas en esa región, y las potencias no árticas también pueden usarlas", comentó el canciller ruso.
"Fallas técnicas catastróficas"
Sin embargo, EE.UU. no tiene una flota de rompehielos suficientemente preparada para realizar operaciones en el Ártico. El país cuenta solo con dos rompehielos activos: el 'Heavy' (1999) y el 'Polar Star' (1976), apodado "lata oxidada".
En diciembre pasado, medios estadounidenses informaron que la Guardia Costera de ese país rechazó la idea de llevar a cabo ejercicios en el Ártico a causa de las preocupaciones de tener que acudir a la ayuda de Rusia en caso de una avería del 'Polar Star'.
"No puedo garantizarles que no surjan fallas técnicas catastróficas [en el Polar Star] durante los ejercicios de libre navegación. Tendría que dirigirme a Rusia para que lo remolquen a un sitio seguro", comentó entonces Paul Zukunft, excomandante de la Guardia Costera de EE.UU. retirado en 2018.
Por su parte, Rusia cuenta con unos 40 rompehielos. El país posee una treintena de navíos de este tipo propulsados por diésel, cinco rompehielos de propulsión nuclear, y en los próximos años introducirá otros tres de estos buques que se convertirán en los más grandes y poderosos del mundo.
Mientras tanto, otras países que también tienen interés en participar en la navegación de las rutas árticas, también tienen sus rompehielos. Por ejemplo, Canadá cuenta con 15 navíos de este tipo, mientras que Finlandia tiene 8 barcos y Suecia 5, entre otros países.
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