El papa Francisco llama a la "hospitalidad" al referirse a las migraciones durante su visita a Panamá

El sumo pontífice ha subrayado el papel de la Iglesia en la crisis migratoria que afecta a centroamérica durante su participación en la 34º JMJ.

El papa Francisco ha pronunciado sus primeros discursos en el seno de la 34º Jornada Mundial de la Juventud, un encuentro con decenas de miles de jóvenes de todo el mundo, celebrado este año en Panamá. Los problemas migratorios que afectan al país y a las naciones vecinas han centrado parte de su mensaje.

Más de 150.000 jóvenes peregrinos de 155 países se han reunido estos días con motivo de este evento.

 

"En estos días Panamá no solo será recordada como centro regional o punto estratégico para el comercio o el tránsito de personas; se convertirá en un 'hub' de la esperanza", aseguró el papa Francisco durante su primer discurso en esta visita a tierras panameñas. "Vuestro País, por su privilegiada ubicación, se vuelve un enclave estratégico no solo para la región sino para el mundo entero", reconoció, no obstante, a su audiencia.

Panamá, con una población de unas cuatro millones de personas y que comparte frontera al oeste con Costa Rica y al este con Colombia, cuenta con una buena infraestructura y con las condiciones pertinentes en materia de seguridad para realizar la JMJ, lo que permite la participación de miles de jóvenes provenientes de otros países de la región. 

Crisis migratoria

Se estima que unas 7.000 personas han viajado a Panamá desde El Salvador, 500 desde Cuba y alrededor de 2.000 desde Argentina. Sin embargo, el número de peregrinos será menor de lo previsto debido a la crisis migratoria.

En el segundo discurso de la tarde, pronunciado en la Iglesia de San Francisco de Asís frente a los obispos centroamericanos congregados en Panamá, el papa recordó que "muchos de los migrantes tienen rostro joven, buscan un bien mayor para sus familias, no temen arriesgar y dejar todo con tal de ofrecer el mínimo de condiciones que garanticen un futuro mejor".

El pontífice también destacó que la Iglesia, "gracias a su universalidad, puede ofrecer esa hospitalidad fraterna y acogedora para que las comunidades de origen y las de destino dialoguen y contribuyan a superar miedos y recelos, y consoliden los lazos que las migraciones, en el imaginario colectivo, amenazan con romper". 

Esta 34º edición de la JMJ se inauguró el martes y concluirá el próximo domingo 27 de enero, y ha levantado un gran interés en Centroamérica, ya que el único papa que viajó a esta región fue Juan Pablo II, en 1983 y 1996.