Ráfagas que superaron los 130 kilómetros por hora azotaron el pasado fin de semana a varias partes del Reino Unido y el Aeropuerto Internacional de Newcastle, en el noroeste de Inglaterra, fue uno de los sitios que más sufrió las consecuencias.
Allí se vivieron dramáticos momentos en cada uno de los despegues y aterrizajes, ya que los pilotos debieron realizar arriesgadas maniobras para enfrentar el viento perpendicular. Muchas de ellas fueron captadas por el camarógrafo Jonathan Winton, quien pasó unas tres horas del domingo filmando cerca de la pista.
"Las condiciones eran frías, húmedas y ventosas. En conjunto, no son las más agradables para estar afuera", publicó en su cuenta de YouTube.
Incluso, cuando las ráfagas superaron los 70 kilómetros por hora, un vuelo estuvo a punto de ser desviado, ya que el "viento cruzado" hacía que las "condiciones para aterrizar fuesen más difíciles".