Brasil vive una de sus peores tragedias ambientales y humanas tras la rotura el pasado viernes de un dique de contención de residuos del gigante minero Vale, en la localidad de Brumadinho, en el estado de Minas Gerais, sudeste del país.
Un inmenso mar de lodo arrasó las casas y la vegetación de la región. Hasta el momento, han sido confirmados 99 muertos, 259 desparecidos, 192 rescatados y 393 localizados. Se han identificados 42 cadáveres. Mientras las familiares esperan las noticias de sus allegados, todavía se desconoce qué causó el accidente.
Estas son las claves de lo sucedido en los últimos siete días.
¿Qué ocurrió?
La tarde el viernes a la 13.00 horas (local) se produjo la rotura de la represa de Córrego de Feijão, propiedad del gigante minero brasileño Vale. Rápidamente se formó un mar de lodo compuesto por residuos minerales que fue devorando parte del área administrativa de la compañía, así como las casas y las propiedades rurales de la región.
En el momento del accidente cientos de personas estaban trabajando en la empresa minera. El comedor, que quedó arrasado, se encontraba repleto de gente almorzando. El lodo también se tragó una posada con 35 personas en su interior y un autobús, con un número indeterminado de pasajeros, se encuentra enterrado bajo el barro.
A las 13.37 (hora local), la empresa informó del accidente a la Secretaria de Estado de Medio Ambiente. Inmediatamente, el gobierno federal constituyó un gabinete de crisis y se adecuaron los hospitales para atender a las víctimas. Al menos seis prefecturas alertaron a la población para que se mantuviese alejada del río Paraopeba, situado a siete kilómetros del lugar del accidente.
Poco tiempo después, la avalancha de residuos alcanzó el río. El Servicio Geológico de Brasil informó de que, hasta el domingo, el lodo ya había recorrido 46 kilómetros por el río.
La compañía explicó que la rotura se produjo en un dique, el número 1, construido en 1976, utilizado para la disposición de residuos y con un volumen de 12 millones de metros cúbicos.
La alerta
El domingo temprano se procedió al desalojo de forma preventiva de los habitantes de Brumadinho ante el peligro de la rotura de otro de los diques, con un millón de metros cúbicos de agua.
Por la tarde, se descartó el riesgo y pudieron regresar a sus hogares. El desalojo de estos ciudadanos interrumpió durante una hora las labores de rescate.
Las tareas de rescate
Desde el viernes, los equipos de rescate, liderados por el Cuerpo de Bomberos de Minas Gerais, junto a grupos de voluntarios, trabajan en la búsqueda de sobrevivientes con perros rastreadores, helicópteros, radares, imágenes satélites, entre otras cosas. Los bomberos van equipados con trajes de buceo para poder moverse con mayor facilidad entre el mar de lodo, que junto a las arenas movedizas dificultan los trabajos. Hasta la noche del domingo, habían sido rescatas 192 personas.
"Es un trabajo de hormigas, son áreas gigantescas", explicó el teniendo Pedro Aihara, portavoz del Cuerpo de Bomberos.
Un equipo de 136 militares israelíes especializados, con 16 toneladas de material técnico, se incorporó este lunes a las tareas. La tecnología con la que trabajan puede detectar señales de dispositivos electrónicos conectados a una profundidad de cuatro metros.
El viaje de los israelíes al gigante latinoamericano, que fue propuesto por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, es una muestra más del deseo de ambos países por estrechar lazos. Bolsonaro viajó a la zona el sábado y aseguró que "se investigarán los hechos".
La minera
Vale, fundada en 1942, es una de las principales empresas del sector minero y metálico del mundo. Tras el desastre, la compañía anunció este fin de semana la suspensión del pago de dividendos a sus accionistas. El gigante minero ha puesto en marcha un comité para ayudar a la víctimas, reparar daños e investigar lo sucedido.
Por su parte, la justicia brasileña bloqueó a la minera 11.000 millones de reales (unos 3.000 millones de dólares), y fue sancionada con dos multas por un total de 300 millones de reales (unos 80 millones de dólares).
Este lunes, las acciones de la empresa cayeron en la apertura de sesión de la Bolsa de Sao Paulo hasta prácticamente un 20 %. El 25 de enero, día de la tragedia, sus acciones en la Bolsa de Nueva York cayeron un 8 %.
El presidente de Vale, Fabio Schvartsman, calificó lo ocurrido de "tragedia humana", y afirmó que la mayoría de los muertos son funcionarios de la empresa. Schvartsman también aseguró que la represa no había sido utilizada desde hacía tres años y era revisada regularmente.
Las responsabilidades
El martes, las autoridades detuvieron a cinco personas por su supuesta responsabilidad en la rotura del dique. Se trata de dos ingenieros de la empresa alemana TÜV SÜDl, que presta sus servicios a Vale, y tres funcionarios del gigante minero.
La procuradora general de la República, Raquel Dodge, ya anunció el lunes que la Fiscalía había formado un equipo especial en Minas Gerais para investigar los daños ambientales y las responsabilidades penales, civiles y administrativas.
Según Dodge, "ejecutivos de la empresa encargados del dique" de la minera Vale podrían ser responsabilizados.
Además, habló de la necesidad de revisar los protocolos de prevención y la seguridad de los diques. "Es un drama, una tragedia evitable (...) En Minas Gerais hay 700 represas, todas evaluadas en algún grado de riesgo, y necesitamos saber si esa evaluación se corresponde con la realidad", sentenció.
Según la Agencia Nacional Minera, las represas de Vale de Córrego de Feijão son consideradas de bajo riesgo, pero de daño potencial alto.
En un informe publicado en 2018, la Agencia Nacional de Aguas (ANAS) advirtió que al menos 45 diques en el país estaban en una situación "preocupante". No se mencionaba los de Brumadinho.
Otra tragedia en 2015
El accidente ocurre casi tres años después del mayor desastre de la historia minera en el gigante latinoamericano, cuando otro dique en la ciudad de Mariana, situada en la misma región, de Samarco –empresa conjuntas entre Vale y la anglo-australiana BHP– también se rompiese. Aquel suceso provocó la muerte de 19 personas. El lodo alcanzó 482 viviendas.
Según el Instituto brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA), en aquella catástrofe la ruptura de la presa liberó 45 millones de metros cúbicos de residuos y contaminó el río Doce. El barrio de Bento Rodrigues, de la citada localidad, desapareció. Muchas de las víctimas todavía esperan las indemnizaciones que les corresponden.
Marta Miera