Las autoridades brasileñas detuvieron este martes a cinco personas por su supuesta responsabilidad en la rotura del dique del gigante minero Vale, en la localidad de Brumadinho, el sureste de Brasil, que ha dejado un saldo, por el momento, de 65 muertos y 279 desparecidos.
En un comunicado, el Ministerio Público de Minas Gerais informó de que dos ingenieros de la empresa alemana TÜV SÜDl, que presta sus servicios a Vale, fueron detenidos en la ciudad de Sao Paulo, y se arrestó a tres funcionarios del gigante minero en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, donde tuvo lugar la tragedia.
El ministerio precisa que los dos empleados de TÜV SÜDl certificaron recientemente la estabilidad del dique, mientras que los funcionarios de Vale están "directamente involucrados y son responsables del emprendimiento minero y su licencia".
Las investigaciones analizarán si los documentos técnicos que atestiguan la seguridad del dique fueron alterados. Los sospechosos han sido detenidos de manera temporal, y la Fiscalía ha decretado 30 días de prisión.
Además, las autoridades llevan a cabo cinco órdenes de búsqueda y aprehensión en empresas contratadas por Vale.
La procuradora general de la República, Raquel Dodge, anunció el lunes que se había formado un equipo especial en Minas Gerais para investigar los daños ambientales y las responsabilidades penales, civiles y administrativas.
Respuesta de Vale
En relación a estas detenciones, Vale informó de que "está colaborando plenamente con las autoridades", y seguirá contribuyendo "en las investigaciones, junto al apoyo incondicional a las familias afectadas".
El gigante minero comunicó que está ofreciendo 100.000 reales (unos 26.750 dólares) a cada una de las familias de "las víctimas fatales y no localizadas independientemente de que sean o no empleados de Vale". El pasado fin de semana, la empresa anunció la suspensión del pago de dividendos a sus accionistas.
Por su parte, la justicia brasileña bloqueó a la minera 11.000 millones de reales (unos 3.000 millones de dólares), y fue sancionada con dos multas por un total de 300 millones de reales (unos 80 millones de dólares).
El 25 de enero, se produjo la rotura de la represa de Córrego de Feijão y rápidamente se formó un mar de lodo compuesto por residuos minerales que fue devorando la región. Desde hace cinco días los equipos de rescate trabajan sin descanso buscando a los desaparecidos.