El Tribunal Superior de Justicia de Murcia (España) ha confirmado la condena a un médico que le impone una pena de once meses de suspensión de empleo y sueldo. El facultativo había diagnosticado a su paciente, una joven de 21 años, que no estaba "bien follada" e incluso se lo había puesto por escrito.
Los hechos sucedieron en 2016 en un pueblo del sur de España, Llano de Brujas, cuando la mujer se acercó al centro de salud después de haber sufrido un desmayo y haber permanecido la noche en urgencias. Según relató la joven, el doctor en primer lugar le ofreció un cigarrillo, que rechazó, pero él se fumó uno en plena consulta.
Después de varios comentarios de índole sexual, como que no le iba a recetar lo que le habían mandado en urgencias porque engordaba e iba a perder el tipazo que tenía, o preguntarle que quién "estaba más buena", si ella o su madre, llegó el diagnóstico.
Según confirma la propia sentencia, el médico llegó a la conclusión de que la paciente "estaba mal follada" y que si no lo estaba ella, lo estaba su madre. Y no dudó en ponerlo por escrito.
El facultativo ha sido condenado a ocho meses de suspensión de empleo y sueldo por "una grave desconsideración a la usuaria" y a otros tres meses por fumar en la consulta.
El condenado alega en su defensa que el diagnóstico no tenía ánimo de "dañar o burlarse de la paciente" y que, aunque reconoce que ese fue su dictamen, era "porque había que conocer las causas de su alteración emocional", después de que la joven le hubiera pedido que le recetara ansiolíticos.