Este sábado los 'chalecos amarillos' han salido a las calles de Francia por duodécima vez desde que las protestas de ese movimiento comenzaron el pasado 17 de noviembre.
Esta vez los manifestantes en París rindieron homenaje a los heridos en los últimos meses, denunciando el uso de lanzamientos de pelotas de goma, armas de control de disturbios prohibidas en gran parte de Europa.
Alrededor de 58.600 personas han participado en las protestas de los 'chalecos amarillos' en toda Francia este sábado, según medios locales, que citan datos del Ministerio del Interior.
Unos 1.000 oficiales de policía y 1.700 manifestantes han resultado heridos desde el inicio de las protestas. Sin embargo, los activistas hablan de cifras superiores.
Entre 10.000 y 13.800 personas han protestado este sábado en la capital, según Reuters. La Policía utilizó gas lacrimógeno para dispersar a algunos manifestantes, aunque la situación se mantuvo relativamente tranquila en comparación con los sábados anteriores. Asimismo, miles de personas salieron a las calles en ciudades como Tours, Valence, Marsella y Burdeos.
El politólogo Nikola Mirkovic opina que la violencia empleada por la Policía francesa en las manifestaciones es totalmente desproporcionada. Asimismo, Mirkovic denuncia que el gobierno de Macron en lugar de contestar a las demandas de los activistas, limita sus derechos.
Las manifestaciones de los 'chalecos amarillos' estaban motivadas originalmente por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno del presidente Emmanuel Macron anuló ese incremento, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio dirigido contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.
En el plano general, los manifestantes se quejan de los impuestos exorbitantes, de los bajos salarios y de la incapacidad de encontrar un trabajo bien remunerado, al tiempo que acusan a las autoridades de alejarse de la gente y trabajar en beneficio de las personas más ricas del país.
Este jueves el presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó que también podría ser un 'chaleco amarillo' si el movimiento lucha por el aumento de salarios. "Si ser un 'chaleco amarillo' significa querer que hayan menos parlamentarios y que el trabajo se pague mejor, ¡yo también soy un 'chaleco amarillo'!", señaló el mandatario.
En la acción de la semana anterior participaron 69.000 personas en toda Francia, incluyendo 4.000 manifestantes en París. En total, 223 personas resultaron detenidas por la Policía en la capital francesa.