El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó el comunicado emitido este lunes por el Grupo de Lima, y calificó este cónclave como una "caricatura bufa" de la política mundial.
Después de leer el documento del Grupo de Lima, el mandatario dijo que la coalición se ha encargado de "autodestruirse moralmente", y repudió que ese conjunto de países intente imponer una "visión ideologizante de la política internacional".
"Una política internacional del siglo XXI no puede ser de intolerancia y persecución ideológica", indicó en alusión a la posición del grupo. El mandatario señaló que en el documento divulgado hoy por el canciller peruano, Néstor Popolizio, "hay un artículo más loco que otro", por lo que tildó todo el contenido de "asqueroso y risible".
Maduro ofreció esta declaración durante un encuentro con intelectuales en Caracas, que rechazan lo que consideran un "golpe de Estado" promovido desde EE.UU.
El Grupo de Lima pidió este lunes a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) reconocer al parlamentario Juan Guaidó como "presidente encargado", y sublevarse contra Maduro, durante una rueda de prensa efectuada en Ottawa, Canadá.
El diplomático peruano también aseguró que es imperativo garantizar hacia Venezuela el flujo de "ayuda humanitaria", y mencionó a Colombia como el país que tiene "un camino avanzado" para permitir que ese cargamento ingrese. Al mismo tiempo, instó a las fuerzas militares a recibir los recursos.
"No somos un país mendigo"
En respuesta a la ayuda humanitaria anunciada por Guaidó, el presidente Maduro repudió la medida: "Con este show de la ayuda humanitaria le están enviando una mensaje al mundo: Venezuela no puede, y claro que sí podemos. No somos un país mendigo".
En días recientes, Guaidó aseguró que la "ayuda humanitaria" entraría por Colombia, Brasil y un país de Caribe, que no precisó. Al respecto, Maduro respondió que a Venezuela "no entrará nadie". "Se los digo como Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana", enfatizó.
El mandatario rechazó que la oposición venezolana quiera mostrar a Venezuela como "un país mendigo", al aceptar recibir 20 millones de dólares de EE.UU. como "ayuda", cuando el país ha perdido más de 20.000 millones de dólares por las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por Washington a Caracas.
Por esa razón, Maduro insistió en que si realmente EE.UU. quiere ayudar a Venezuela, ese país debe declarar el "cese al bloqueo", y la liberación de las cuentas bancarias del país, que han sido congeladas por orden de la Casa Blanca.
"La declaración de Trump es ilegal"
En su alocución, el presidente Maduro calificó como una "locura" que su homólogo norteamericano, Donald Trump, considere como "opción" la intervención militar en Venezuela, al tiempo que reiteró su denuncia de que el propósito de la Casa Blanca es apoderarse de las reservas del petróleo del país sudamericano.
"Venezuela tiene quien la defienda, tiene hombres y mujeres que, en cualquier circunstancia, le harán frente a esas pretensiones guerreristas", acotó el mandatario, quien arremetió contra los "halcones" de la Casa Blanca, a saber: el asesor de seguridad de EE.UU., John Bolton; el Vicepresidente, Mike Pence; y el Secretario de Estado, Mike Pompeo.
Recordó que la declaración de Trump viola la carta de Naciones Unidas y la Carta de la Organización de Estados Americanos, donde se prohíbe expresamente "la amenaza y el uso de la fuerza entre los Estados".
Respuesta a Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, tampoco escapó de los señalamientos de Maduro, quien consideró que el 'ultimátum' de Madrid para que Venezuela convocara a elecciones, seguido del reconocimiento a Guaidó como "presidente legítimo", fue "un cálculo político bien torpe".
A juicio del dignatario venezolano, la ultraderecha "pronto" gobernará España "producto de la cobardía de Pedro Sánchez", a quien le auguró la pérdida del respaldo de los votantes.
Más temprano, durante la celebración del Día de la Dignidad Nacional junto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Maduro advirtió a su homólogo español que, de concretarse un golpe de Estado o "una intervención militar gringa", "sus manos quedarán manchadas de sangre para siempre".