Las distintas autoridades provinciales chinas están dejando inoperativo un sistema de inteligencia artificial contra la corrupción apodado por los investigadores como 'Zero Trust' ('Cero Confianza') por haber resultado "demasiado eficiente", informa South China Morning Post.
Desarrollado y lanzado conjuntamente por la Academia de Ciencias de China y las instituciones de control interno del Partido Comunista, el sistema tiene capacidad para monitorear y analizar la vida laboral y personal de los funcionarios públicos accediendo a más de 150 bases de datos protegidas en gobiernos centrales y locales para hacer referencias cruzadas.
El 'Zero Trust' es capaz de detectar transferencias de propiedades, construcción de infraestructura, adquisiciones de tierras y demoliciones de casas sospechosas, así como de identificar de manera inmediata aumentos inusuales de ahorros bancarios. Una vez que surgen sospechas, el sistema calcula las posibilidades de que la acción sea corrupta, y si el resultado excede un marcador establecido, alerta a las autoridades.
Más de 8.700 empleados corruptos identificados
A pesar de que el experimento se ha limitado a 30 condados y ciudades —solo el 1 % del área administrativa total del país—, desde 2012, el 'Zero Trust' ha identificado a 8.721 empleados gubernamentales no involucrados en conductas indebidas como malversación de fondos, abuso de poder, uso indebido de fondos del gobierno y nepotismo. Si bien algunos fueron condenados a penas de prisión, a la mayoría se les permitió conservar su trabajo después de recibir una advertencia o un castigo menor, apunta el medio.
Una debilidad del dispositivo es que, si bien "puede señalar rápidamente a un funcionario corrupto", no es muy bueno a la hora de "explicar el proceso por el que se ha pasado para llegar a esa conclusión", apunta un investigador, añadiendo que normalmente "necesitas un ser humano que trabaje estrechamente" con el sistema.
Varios gobiernos locales han retirado la máquina, según los investigadores consultados. Uno de ellos explicó que "no se van a sentir muy cómodos con la nueva tecnología". A su vez, un funcionario del Partido en el condado de Xiushui (provincia de Jiangxi) relató que ningún empleado gubernamental de la zona está dispuesto a proporcionar los datos necesarios.
Además, algunos han cuestionado el derecho del sistema a acceder a bases de datos confidenciales porque no existe ley ni reglamento que autorice a una computadora o robot a hacerlo, recoge South China Morning Post. Según el reportaje, el destino del sistema es incierto y los investigadores ven poca o ninguna esperanza de implementarlo en todo el país.