Debajo de la superficie congelada del lago Abraham, situado en la provincia canadiense de Alberta, se forman numerosas burbujas blancas dispersadas como joyas del invierno. Su belleza es realmente explosiva: son de metano, un gas altamente inflamable, y aunque su escape desde la superficie del agua es relativamente inofensivo, es mejor no tentar la suerte con el fuego y evitar arrojar cerillas encendidas.
El aspecto del lago este invierno se puede apreciar en detalle en los videos y las fotos del fotógrafo alemán Lennart Pagel.
Las burbujas de metano se forman cuando en el fondo del lago se acumula materia orgánica, como plantas, y cuando se descompone, emite el metano que acaba atrapado en burbujas congeladas debajo de la superficie.
El fenómeno no es típico solo del lago Abraham y puede observarse en miles de lagos del Ártico. El metano es un gas invernadero más potente que el dióxido de carbono y es emitido en la atmósfera por la reducción del permafrost, vinculada con el aumento de las temperaturas.
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