La atractiva y enigmática ciudad brasileña elegida capital mundial de la arquitectura

Se trata de una urbe segregada por razones sociales, económicas y, también, arquitectónicas. El 24 % de su población vive en favelas.

Río de Janeiro es una ciudad peculiar. Las voces y la música resuenan en las fachadas de edificios coloniales ya hoy decadentes. Las calles angostas del centro histórico desembocan en señoriales avenidas abarrotadas de cariocas sin prisa. Centenas de motos serpentean a ritmo frenético entre los cotidianos embotellamientos. La luz que baña su horizonte montañoso, a cualquier hora del día, es hipnotizante. Y cuando se pone el sol, la urbe le cede su protagonismo a los coloridos bares de barrio, con salones vacíos y terrazas repletas de personas a pie de calle sedientas de conversación tras un largo trayecto de transporte público.

En el imaginario colectivo, Río es capital de múltiples proyecciones sociales. Ahora, esta atractiva y enigmática ciudad es también capital mundial de la arquitectura, tal y como reconoció este 18 de enero la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En 2014, esta ciudad superó las propuestas de París y Melbourne, y se convirtió en la sede elegida del próximo Congreso Mundial de la Arquitectura en 2020. Un evento que llevará aparejado, a partir de ahora, el galardón de capital de la arquitectura para las subsecuentes ciudades anfitrionas del Congreso.

"Nuestro compromiso es transformar el año 2020 en un marco en la historia cultural de la ciudad. Más allá de la visibilidad internacional, tendremos la oportunidad de ampliar la relación de pertenencia de los habitantes de nuestra ciudad con su patrimonio histórico y arquitectónico, difundiendo y preservando este conjunto. Río de Janeiro refleja la riqueza de culturas que forman la sociedad brasileña ya que fue puerto y capital de Brasil durante más de dos siglos", declaró oficialmente el alcalde de la ciudad Marcelo Crivella tras el anuncio del galardón.

Río de Janeiro ya era referencia arquitectónica por el desafío urbanístico de sus favelas, por el entramado de selva y mar, y por la armónica convivencia de edificios antiguos y modernos donde arquitectos reconocidos como Oscar Niemeyer, Roberto Burle Marx y Lucio Costa dieron algunos de sus golpes de gracia. No obstante, Charles Bezerra, arquitecto independiente en Río de Janeiro, cuestiona la casi inexistente valorización del patrimonio histórico de la ciudad.

Charles Bezerra, arquitecto independiente en Río de Janeiro.
"Uno de los elementos más urgentes es entender que la favela forma parte del conjunto urbanístico dándole condiciones y derechos a sus habitantes".

"Para comenzar, las escuelas no promueven la conservación ni el orgullo por el patrimonio, lo que se suma a un proceso caro y burocrático para restaurar las construcciones antiguas", afirma Bezerra en diálogo con este medio, y sugiere aprovechar este momento para lanzar una campaña de conocimiento histórico y valoración de la arquitectura de la ciudad. Además, consciente de que la inversión en arquitectura sostenible todavía es un desafío para Río, este arquitecto subraya que la restauración también es una forma de sostenibilidad y con inversiones menos costosas.

El galardón de capital de la arquitectura conlleva la promoción de una agenda comprometida con la arquitectura y con el desarrollo urbanístico durante todo el 2020, el año de celebración del Congreso. Esta disposición camina de la mano con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y el Objetivo de Desarrollo Sustentable número 11 que propone una "nueva agenda urbana". Aunque los caminos por los que el actual ayuntamiento carioca pretende transitar para alcanzar estos requerimientos todavía son desconocidos, el arquitecto Bezerra argumenta que uno de los elementos más urgentes es la mejora del transporte público, así como la reducción de los coches particulares en circulación. Otro, "entender que la favela forma parte del conjunto urbanístico dándole condiciones y derechos a sus habitantes", indica él.

De acuerdo con la ONG Comunidades Catalisadoras, el 24 % de la población carioca vive en favelas, de un total de6,3 millones de habitantes, de acuerdo al último censo de 2010. Río se presenta como una ciudad segregada por razones sociales, económicas y, también, arquitectónicas. Bezerra considera que la exclusión urbanística es resultado de factores tales como "el difícil acceso al transporte público y la violencia que afecta la circulación de las personas".

Además del reconocimiento como capital mundial de la arquitectura, la UNESCO aprobó la construcción de dos enclaves complementarios, uno para el reconocimiento de un pasado histórico de la ciudad y otro para la valorización del urbanismo. El sitio arqueológico Cais do Valongo, uno de los puntos más concurridos de desembarque de esclavos a partir de 1811, será –de acuerdo con la propia organización– una referencia de patrimonio mundial para materializar la memoria de un traumático evento histórico que afectó a los antepasados de la población afrodescendiente que corresponde a más de la mitad de todo Brasil.

Por otro lado, el proyecto Paisajes cariocas entre la montaña y el mar, pretende valorizar el patrimonio natural que, por su simple presencia, ha promovido un desarrollo particular de esta ciudad. Un urbanismo delimitado por la bahía de Guanabara, hoy profundamente contaminada, o el Parque Nacional de Tijuca, la mayor selva urbana del mundo, entre otros factores. Para la UNESCO, Río es una fuente de inspiración no solo para artistas, sino también para paisajistas y urbanistas.

Luna Gámez

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