La rivalidad entre Argentina y Chile, dos países que (en el fondo) se parecen mucho

A pesar de sostener una histórica enemistad, estos países vecinos tienen muchas cosas en común.

Chile y Argentina tienen un pasado de tensas y complicadas relaciones sociales, políticas, pero también militares. Desde el lado albiceleste se recuerda con recelo que en 1817 el general argentino José de San Martín comandó gran parte de las tropas revolucionarias que derrotaron a los colonizadores españoles en Chile, además de la propia Argentina y Perú, donde finalizó su aporte para la liberación continental contra el imperio europeo.

Siglos más tarde, se supo que las autoridades chilenas colaboraron abiertamente con el Reino Unido en la Guerra de Malvinas de 1982, algo que hasta el día de hoy se considera como una traición hacia la nación limítrofe, que perdió abruptamente, aunque pocos argentinos mencionan que Chile también se encontraba bajo una dictadura militar por aquel entonces. La propia Margaret Thatcher, ex primera ministra británica, agradeció en 1999 al ex dictador sudamericano, Augusto Pinochet, "por la información, la comunicación y la acogida" que su país le dio a las fuerzas inglesas durante el conflicto bélico con el país vecino, palabras que todavía resuenan como un puñal por la espalda en Buenos Aires.

Sin embargo, desde Chile también esgrimen argumentos para explicar esta vieja enemistad. El punto principal es la delimitación territorial: todavía sobrevuela la idea de que Argentina se quedó con gran parte de la Patagonia por medio de una extorsión. Según explica el historiador chileno Rolando Rojas, la tensión fronteriza casi desata una guerra entre ambas naciones en 1878, pero la élite y las clases dominantes santiaguinas estaban más preocupadas por lo que ocurría al norte de su país: en 1879 estalló la Guerra del Pacífico, contra Bolivia y Perú.

En esa época, las autoridades argentinas aprovecharon el desinterés chileno y desarrollaron la denominada Campaña del Desierto, expandiendo su control sobre el sur ─hasta ese momento habitado principalmente por comunidades indígenas─ y asesinando a cualquier aborigen que se opusiera. La jugada militar salió a la perfección y el Estado argentino se agrandaba por la fuerza.

Hacia 1881 la presencia argentina en la Patagonia era considerable, a pesar de que en los papeles Chile tenía mayor respaldo argumentativo para reclamar su posesión territorial. Sin embargo, ante el temor de que Buenos Aires se sumara a la Guerra del Pacífico en su contra, Santiago se vio obligada a firmar un tratado de límites donde reconoció a la Cordillera de Los Andes como el margen fronterizo binacional: Argentina sumaba inmensas porciones de tierra y se convertía en uno de los países más extensos del mundo gracias a una enorme presión diplomática y militar, pero esto no se enseña en ninguna escuela local.

Con el correr de los años la fricción continuó, y a fines de 1978 casi se desarrolla un conflicto bélico por la soberanía del canal de Beagle, al extremo sur, que involucraba la administración de algunas islas estratégicas. La situación fue tan extrema que el Vaticano tuvo que intervenir entre ambas dictaduras, hasta que en 1984 se firmó un esperado Acuerdo de Paz y Amistad.

El capítulo siguiente sobre estos vecinos conflictivos del 'barrio sudamericano' es el deportivo: Chile le ganó la Copa América de fútbol a Argentina en las finales de 2015 y 2016, ambas por penales, situación que les garantizó todo tipo de burlas a los aficionados albicelestes. Basta con caminar con una camiseta argentina por las calles de la capital chilena para que un santiaguino recuerde aquellas hazañas futbolísticas, con bromas incluidas. Lo mismo ocurre en Buenos Aires si aparecen remeras rojas, por no haber clasificado al Mundial 2018.

Más coincidencias de las que uno cree

A pesar de todo, entre las poblaciones también existen buenas relaciones: amistades, lazos familiares o laborales se reflejan en ambos lados del cordón montañoso que divide los Estados. De hecho, miles de argentinos y chilenos cruzan la cordillera de forma constante, como turistas, compradores de diversos productos o simples aventureros en busca de hermosos paisajes. En otras palabras, hay varios hábitos y características que son compartidos en ambos territorios, porque Argentina y Chile son más similares de lo que parece. A continuación, repasamos algunos puntos en común.

Bebibas y comidas

Cultura

Política

Hay motivos para llevarse bien.

Leandro Lutzky

Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!