"Los drones armados no son misiles, son reutilizables": EE.UU. niega que incumpla el tratado del INF

El Pentágono esgrime que sus drones de ataque y sus plataformas de lanzamiento Tomahawk no pueden tener una finalidad ofensiva.

El Ejército de EE.UU. ha rechazado las acusaciones de Rusia sobre la violación por parte de Washington del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), argumentando que sus drones de ataque no pueden ser considerados como misiles y que sus plataformas de lanzamiento compatibles con los misiles Tomahawk no pueden utilizarse para atacar, según se desprende de un comunicado emitido este viernes por la misión de EE.UU. ante la OTAN.

"El sistema de defensa antimisiles Aegis no tiene capacidad ofensiva de misiles balísticos o de crucero lanzados desde tierra", reza el mensaje, que detalla que éste "carece de software, hardware de control de incendios [o] equipo de soporte", infraestructuras que —aseguran— son necesarias para lanzar misiles balísticos o de crucero ofensivos como el Tomahawk.

Sin embargo, aún no está claro si se pueden agregar los componentes que, supuestamente, faltan para convertir el Aegis-Ashore en ofensivo, ni tampoco con qué rapidez se llevaría esto a cabo.

Por otra parte, el Pentágono asegura que los drones de ataque estadounidenses tampoco violan el tratado, argumentando que no se ajustan a la definición de un misil de crucero debido a que es un vehículo de "de sentido único", mientras que un dron, supuestamente, tiene que volver a la base.

Sin embargo, en ninguna parte de dicho tratado se especifica que el misil en cuestión tenga que ser "de un solo sentido", pues el documento define un "misil de crucero" como "un vehículo autopropulsado y no tripulado que sostiene el vuelo mediante el uso de un ascensor aerodinámico en la mayor parte de su trayectoria de vuelo", palabras que parecen encajar con los drones de ataque que posee el Ejército estadounidense.

El viernes de la semana pasada el presidente de EE.UU., Donald Trump, emitió un comunicado en el que anunciaba que desde el 2 de febrero Washington suspendía sus obligaciones en el marco del INF y comenzaba el proceso de retirada del acuerdo, que se completaría en seis meses, "a menos que Rusia vuelva a cumplir sus normas y destruya todos los misiles, lanzadores y equipos asociados que lo están violando".

En respuesta, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo este miércoles que Rusia también se retira del tratado, respondiendo así "de forma recíproca" a la decisión de EE.UU. Asimismo, Lavrov exigió pruebas por parte de Washington de la presunta violación del acuerdo por parte de Moscú, reiterando que Rusia cumplía con los requisitos del tratado.