El Departamento de Salud de Filipinas ha declarado la alerta roja por el brote de sarampión que estalló en 2018 y aún causa estragos en ese país asiático.
En enero de este año, el número de contagiados por esa enfermedad se incrementó un 122 %, hasta alcanzar 4.302 casos registrados. De ellos, murieron 70 personas, de las cuales 55 eran menores de cuatro años.
Según datos de la OMS citados por Unicef, en diciembre de 2018 en Filipinas se habían registrado 20.000 casos de sarampión, un 500 % más que en el año anterior.
Hoy en día, cada jornada se dan 1.000 nuevos casos y el brote ya ha llegado al área metropolitana de Manila, la capital de Filipinas, en donde viven 12 millones de habitantes.
La causa principal de esta epidemia es el escándalo relacionado con Dengvaxia, una vacuna contra el dengue que habría provocado variantes más graves de esa enfermedad y hasta varias muertes entre niños vacunados.
Por este motivo, la tasa de vacunación contra el sarampión disminuyó entre un 15 % y un 55 % en la población de Filipinas; de hecho, el 79 % de los 70 fallecidos el mes pasado no estaban inmunizados.