Las aplicaciones y portales de citas por Internet se están consolidando hoy en día como la forma más popular para encontrar pareja y a su vez están cambiando drásticamente a la sociedad. Se han convertido en una parte importante de la interacción humana y es probable que así sea por mucho tiempo.
Según un reciente estudio de la Universidad de Stanford (EE.UU.), que reúne datos de investigaciones y encuestas hasta 2017, alrededor del 39 % de las parejas heterosexuales y el 65 % del mismo sexo, se han conocido a través de aplicaciones de citas como Tinder o Badoo.
De acuerdo con las estadísticas, esta tendencia está dejando significativamente atrás las formas más tradicionales en que solían formarse las parejas. Entre 1940 y 1950 la manera más común era hacerlo mediante la familia y los vecinos, y en lugares como la iglesia y la escuela. En las décadas siguientes, las reuniones de amigos, el trabajo y los bares o restaurantes, eran los escenarios más frecuentes para encontrar el amor.
A partir de 1990, con la llegada del Internet, la idea de conocer a alguien en línea seguía pareciendo extravagante. Para finales de esa década, solo el 10 % de las parejas heterosexuales se conocieron a través de la Red.
"Hubo mucho estigma y tabú porque [las citas en línea] estaban asociadas con la desesperación. Se percibió como una forma menos ideal de conocer gente. Y hubo personas que la vieron como demasiado transaccional. Algunas personas prefieren la forma más mítica y espontánea de conocer gente", asegura Skyler Wang, estudiante de doctorado en sociología de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.).
De acuerdo con el centro de investigaciones Pew Research, el uso de aplicaciones de citas en general se disparó de un 10 % en 2013 a un 27 % en 2015, siendo las personas de 18 a 24 años sus mayores usuarios.
Tinder o el comienzo de una nueva era
El lanzamiento de Tinder, en 2012, fue uno de los causantes de provocar ese gran impacto en el comportamiento de las relaciones. Su crecimiento ha sido exponencial, logrando desplazar a otros lugares de reunión tradicionales (hacerlo a través de los amigos se redujo en un 20 %).
El sorprendente éxito de esta y otras aplicaciones se ha visto potenciado por la tecnología digital y los 'smartphones' que, sin duda, ya son parte inherente del quehacer cotidiano.
Cada vez son más los que ven un sinfín de ventajas en el uso de Internet y la telefonía móvil para tener un encuentro romántico y no solo una alternativa para los más desesperados. En definitiva, este entorno moderno ha influido sobre el sexo, las relaciones a largo plazo, la monogamia y otros ideales románticos.
Cifras aportadas en 2017 por el portal TechCrunch aseveran que Tinder cuenta con aproximadamente 50 millones de usuarios en todo el mundo y casi 3,8 millones de suscriptores. La propia compañía asegura que ha logrado incursionar en más de 190 países del mundo; recibe 2.000 millones de visitas al día, logrando un millón de encuentros a la semana, para un total de más 30.000 millones de coincidencias entre personas.
"En los entornos tradicionales, cuando las personas se encontraban entre sí, existía esa mentalidad mítica, espontánea, del amor a primera vista. Ahora, con las citas en línea, es más un juego de números. Es más cuantitativo, más estructurado. La calidad mágica se reduce", opina Wang.
Aplicaciones de citas: ¿amores desechables?
El sexólogo y psicólogo alemán Christoph Joseph Ahlers compara las aplicaciones de citas con la "comida rápida" y considera que son una tecnología que solo ofrece encuentros casuales que no van más allá del sexo ocasional.
En su opinión, su uso frecuente encaminado a lograr nuevos y diversos encuentros sexuales ha desencadenado un nuevo síndrome: las personas llegan a un punto de desgaste y lo único que desean finalmente es una relación larga y duradera.
Ocurre "al divertirse uno alimentándose sexualmente de comida basura y, por eso, después desear comida de verdad", explica.
Ahlers añade que reducir la búsqueda de una pareja a visitar un perfil convierte a las personas en un "producto consumible", que muchas veces ofrece "publicidad engañosa", pues a veces las fotos de los usuarios no se corresponden con la realidad.
"Las personas que se conocen a través de un portal de contactos, están llevados por la fe y las exigencias en la otra persona (…) Eso no ocurre con las personas que se conocen en contexto sociales, como un bar, en una actividad deportiva o donde sea", asegura Ahlers.
Un artículo de Journal of Sociology, publicado en 2017, afirma que aplicaciones como Tinder tienen como objetivo eliminar el estrés de una cita convencional y convertirlo en una especie de juego que no requiere mucho tiempo ni inversión.
"Las citas por Internet son un síntoma del cambio social y tecnológico que transforma el cortejo moderno en un tipo de juego mercantilizado", detalla Mitchell Hobbsm, de la Universidad de Sydney (Australia) y coautor del estudio.
Karla Miller, terapeuta y exdirectora del Programa de Defensa de Víctimas de Violación, en Iowa City (EE.UU.), cree que si bien estas aplicaciones pueden ayudar a encontrar relaciones que funcionen, también pueden provocar "dolor y mucha decepción".
"Es importante darse cuenta de que [las aplicaciones de citas] no son un reemplazo para las relaciones personales cara a cara basadas en la confianza, la autenticidad y la compatibilidad (...) Está bien conocer gente de esa manera, y si eso es todo lo que quieres hacer, está bien", comenta Miller.
Mas allá de una adicción
Es indiscutible la actual importancia de las citas en línea en la interacción social. Y más allá de la adicción que han generado, se cree que este fenómeno ha influido positivamente en el aumento de los matrimonios.
El portal Mashable subraya que aunque es "imposible saber" cuántas citas terminan en matrimonio, Tinder, por ejemplo, recibe "miles de historias de éxito" de personas que han encontrado "una nueva relación, un compañero de vida o incluso están teniendo un bebé, gracias a la plataforma".
El diario The Economist calcula que unos 200 millones de personas utilizan los servicios de citas digitales al mes. "En EE.UU., más de un tercio de los matrimonios ahora comienzan en línea. Internet es la segunda forma más popular para que los estadounidenses conozcan a personas del sexo opuesto", asegura.
Un estudio de 2015, resalta que Internet permite que las personas "identifiquen más rápidamente un conjunto más amplio de opciones disponibles que se ajusten a sus preferencias".
En 2017, la Red se convirtió en la forma más común en la que los recién casados se conocieron. Según una marca líder de bodas en línea, el 19 % de la novias afirmaron que habían encontrado a sus cónyuges en Internet.
Fenómeno interracial
Por otro lado, algunos expertos aseguran que las redes de citas han contribuido al aumento de las relaciones interraciales como ningún otro fenómeno.
Una investigación de 2017 llegó a la conclusión de que el crecimiento de estas parejas se fue or encima del 17 % poco después de la creación de Tinder. Asimismo, otro estudio realizado el año pasado coincide con esta idea y añade que hay un 7 % más de posibilidades de salir con alguien de otro origen racial haciendo uso de las redes.
Aunque a simple vista muchas cifras aún resultan insignificantes, estos números tomarán fuerza a medida que las citas en línea se vuelvan cada vez más populares.