El ministro de recursos hídricos de la India advirtió este viernes que si Pakistán no mejora su forma de actuar, se bloquearán los cursos de agua que fluyen desde su país hacia la república islámica. La declaración se produjo tras un ataque terrorista en Cachemira en el que murieron más de 40 policías, y cuya responsabilidad atribuye Nueva Delhi a Islamabad, a pesar de sus desmentidos.
La advertencia ha sido cuestionada, pues implicaría la violación de un tratado que desde 1960 le garantiza a Pakistán el acceso a las aguas de un sistema fluvial que parte desde la India, integrado por tres ríos occidentales: el Indo, el Chenab y el Jhelum.
"Cuando entramos en el tratado con Pakistán, decidimos que la armonía y la fraternidad prevalecerían. Si Pakistán mata a nuestra gente y promueve el terrorismo, entonces, ¿cómo se mantendrá la armonía?", declaró Nitin Gadkari, ministro de Recursos Hídricos de la India en entrevista exclusiva con un diario local.
Frente a la amenaza, su homólogo pakistaní, Faisal Vawda, aseguró que la ruptura del histórico acuerdo podría conducir al inicio de un conflicto armado.
"Es hora de que te des cuenta de las consecuencias de una guerra. El ejército de Pakistán no es una fuerza ficticia. Es audaz, valiente, y está bien entrenado, es capaz de destruir generaciones, pero no queremos eso. Así que entiende que tu belicismo no hará ningún bien, querida India", respondió Vawda.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Shah Mahmood Qureshi, enfatizó en los riesgos existentes e informó que en una carta hizo saber al secretario de las Naciones Unidas sobre las amenazas.
Ambas naciones reclaman la totalidad de Cachemira, región situada sobre el Himalaya y de religión mayoritariamente musulmana. Aunque la violencia en la zona se ha prolongando por décadas, últimamente los ataques de grupos insurgentes se han intensificado.
En esta caso, Nueva Delhi asegura que la organización Jaish-e-Mohammed, que reivindicó la autoría del ataque, recibe protección de Islamabad, a la que acusa además de no haber hecho lo suficiente para frenar a los extremistas que operan dentro de sus fronteras. Pakistán, entre tanto, ha rechazado las acusaciones.