En la conferencia de prensa, celebrada este jueves después de la reunión con el líder norcoreano en Hanói, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha afirmado que detuvo los ejercicios militares en la península de Corea, ya que eran muy costosos. "Los dejé hace tiempo porque nos cuestan 100 millones de dólares cada vez que los hacemos", añadió el mandatario, señalando que los bombarderos tenían que volar desde Guam, una isla ubicada en el Pacífico occidental.
Trump ha explicado que odiaba ver cómo su país gastaba millones de dólares en esos ejercicios militares y señaló que esperaba que Corea del Sur le ayudara con eso, ya que EE.UU. la "está protegiendo".
"Les decía a los generales, 'miren, hacer ejercicio es divertido y es bueno' y ellos juegan sus juegos de guerra. Y no estoy diciendo que no sea necesario, porque en algunos niveles lo es, pero en otros niveles no lo es", advirtió el presidente. Asimismo, subrayó que "es muy caro" realizar los ejercicios militares y que EE.UU. no obtiene reembolso alguno, aunque protege a países "muy ricos" que "pueden permitirse pagar".
Sin acuerdo
En la reunión entre Trump, y Kim Jong-un, celebrada los días 27 y el 28 de febrero no fue firmado ningún documento conjunto. El líder norcoreano propuso desmantelar uno de los complejos nucleares a cambio del levantamiento de las sanciones de EE.UU., pero la delegación estadounidense no pudo aceptar esta propuesta. Por su parte, EE.UU. pidio a Kim que "hiciera más", pero él se negó. Sin embargo, según las afirmaciones de Trump, el líder norcoreano le prometió no llevar a cabo pruebas de misiles en el futuro.
Pekín y Moscú habían sugerido a Corea del Norte que suspenda nuevas pruebas de misiles, a cambio de que Washington deje de realizar ejercicios militares a gran escala en la península de Corea. Sin embargo, Estados Unidos rechazó dicha propuesta.