Después de tres horas de discusión, con 463 votos a favor y uno en contra, la Cámara de Diputados de México aprobó la creación de la Guardia Nacional.
En una sola votación, pues no hubo reservas, los legisladores avalaron, en lo general y en lo particular, el dictamen enviado la semana pasada por el Senado de la República.
Al implicar modificaciones a la Constitución mexicana, la reforma para crear la Guardia Nacional deberá ser aprobada al menos por 17 congresos locales, de 32 que hay en el país.
El dictamen señala que la Federación contará con una institución policial civil denominada Guardia Nacional, que se constituirá con los elementos de la Policía federal, militar y naval.
La nueva corporación dispondrá de un periodo de cinco años para su conformación y será de carácter enteramente civil, tal como había acordado la Cámara Alta el 21 de febrero pasado. En ese lapso, el Ejército y la Marina seguirán colaborando en tareas de seguridad pública.
Asimismo, sus integrantes se formarán en la doctrina policial, mientras que los 32 estados del país deberán emprender un programa de fortalecimiento de su Policía estatal y municipal, en un plazo de 6 años.
Con participación internacional
La víspera, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó que el Gobierno de su país firmará en abril un convenio con Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que la oficina del Alto Comisionado participe en la capacitación de los elementos de la Guardia Nacional.
El Gobierno mexicano busca que el organismo participe en "la definición de los contenidos, de los sistemas de selección y del entrenamiento en el uso de la fuerza" de la corporación, que será creada en los próximos meses.
Por su parte, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) llamó a garantizar que la dependencia en las fuerzas armadas sea verdaderamente temporal.