Un aluvión de luces y colores iluminará estos días el sambódromo de la Avenida Marquês de Sapucaí, en el centro de Río de Janeiro, por donde cada día de desfile circularán unas 120.000 personas. El carnaval carioca se ha labrado una popularidad internacional gracias al suntuoso despliegue de sus escuelas de samba y los incansables grupos musicales callejeros, localmente denominados 'blocos'.
Un año más la crítica a la historia y a la política se cuelan en el desfile de la más importante festividad brasileña. "La Mangueira llegó con versos que el libro borró, desde 1500 hay más invasión que descubrimiento", cantarán este próximo lunes miles de personas cuando la escuela de samba Mangueira, la segunda mayor detentora de premios del desfile de carnaval, abra sus alas en Sapucaí.
Las 'páginas ausentes' de la historia de Brasil
Las letras de las canciones de las 14 escuelas de samba clasificadas en el grupo especial, es decir, que compiten para ser ganadoras, se caracterizan por su caracter de homenaje o reivindicación, con un protagonismo de la crítica social que se viene arraigando en los últimos años.
"Historia para acunar a gente grande" es el título de la canción de la escuela de la Mangueira, que este año trae versos que reivindican "el país que no está en el retrato". Esta agrupación carnavalesca, fundada en 1928 en la favela del cerro da Mangueira, en el centro-oeste de la ciudad, ya es protagonista incluso antes de desfilar por el contenido crítico de su canción.
"Mangueira, limpia el polvo de las bodegas [en las que se transportaba a las personas esclavizadas], abre alas para tus héroes de chabolas", rezan las letras que describen un Brasil con multiplicidad de personalidades negras, como el sambistas brasileños Leci Brandão y Jamelão. Esta canción, cuyo decorado de carrozas y vestuario todavía es un secreto que solo será desvelado el día del desfile en el sambódromo, critica acontecimientos históricos omitidos en los libros de historia: "desde 1500 (…) hay sangre oscura pisada, atrás del héroe enmarcado, mujeres, tamoios [uno de los más numerosos grupos indígenas del grupo Tupinambá, que habitaban la costa cuando llegaron los colonizadores portugueses] mulatos".
En sus nueve décadas de historia, la Mangueira ya acumula 19 títulos de campeona del desfile y otros tantos como vice-campeona. Este año, espera de nuevo subirse en el pódium de las escuelas ganadoras, apelando a la fibra más crítica del jurado, con un homenaje especial a mujeres negras que lucharon por los derechos de grupos sociales excluídos. Tres de ellas son Dandara dos Palmares y Luísa Mahin, dos figuras históricas representativas de la lucha por la liberación de las personas esclavizadas, y Marielle Franco, concejala de Río de Janeiro, asesinada a tiros el 14 de marzo del año pasado por detractores de su activismo en favor de las poblaciones negras y LGBTI.
"Brasil, ha llegado el momento de oír a las Marías [en referencia a las empleadas del hogar, generalmente negras], Mahins, Marielles, malês [negras y negros esclavizados que hablaban árabe]", apunta la Mangueira, en un cierre melódico que pretende traer al centro del escenario la historia brasileña más ignorada.
Críticas carnavalescas a una sociedad desigual
También desfilarán por la Avenida Marquês de Sapucaí la reprobación de la desigualdad y la ambición por el dinero que protagonizan la letra de samba de la escuela Imperatriz Leopoldinense, fundada en 1956 en el suburbio de Ramos, y que desfilará este domingo en el grupo de las clasificadas. "Buenas acciones no representan dividendos, la rueda gira para el más fuerte", dice su cántico. Mientras "hay pato zambullido en el dinero", "el pueblo brasileño nada por migajas una vez más", añade la canción.
La escuela Unidos da Tijuca, proveniente de la confluencia de varios grupos carnavalescos del cerro de Borel, en el oeste de la ciudad, también habla de migajas en su comparsa de adoración al pan y de crítica a la pobreza. "Gente sufrida con la paz en el corazón dividen lo poco que tienen para comer", rezan sus letras, que imploran "igualdad" y "prosperidad", y deberán bailar y escenificar durante el desfile con un mínimo de 2.500 personas y un máximo de 4.000, tal y como determinan las reglas para todas las participantes.
Y, puestos a criticar, la agrupación de samba de São Clemente, que se presentará el lunes en el sambódromo junto con la Mangueira, pretende recordar que tiempos pasados ya fueron mejores para el carnaval popular. "Nuestropueblo se quedó fuera de la jugada, ni lugar [tiene] en las gradas", critican sus letras. "Hoy la samba está dirigida con sabor comercial", añade esta canción poco esperada para la escuela de la zona céntrica carioca, que generalmente abordaba los asuntos con sátira y humor.
Con una dura crítica a las injusticias sociales y a la corrupción de la empresa nacional de petróleo, Petrobrás, la ganadora de 2018 fue la agrupación Beija-Flor, que trató estos temas bajo la metáfora de la novela 'Frankenstein', de Mary Shelley. Con 14 títulos de vencedora, la escuela presentará este año una revisión de sus 70 años de participación en el carnaval. Cada una de las 14 clasificadas en el grupo especial desfilarán durante el próximo domingo y lunes por los 700 km del sambódromo para demostrar que, después de todo el trabajo de creación de casi un año, merecen ganar.
Luna Gámez
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