Comprobado: el secreto de un matrimonio estable y feliz está en los genes
Sentirse satisfecho con el matrimonio y vivir felizmente con la pareja durante décadas podría depender de una variación genética. Esa es la conclusión de un estudio llevado a cabo en la Escuela de Salud Pública de Yale, que señaló al polimorfismo en el gen del receptor de la oxitocina (OXTR rs53576) como el factor clave de unas relaciones satisfactorias y duraderas.
El estudio, cuyos resultados recoge la revista PLOS ONE, incluyó a 178 parejas casadas de edades comprendidas entre 37 y 90 años. La mayoría de las personas abarcadas estaban jubiladas, tenían hijos y pertenecían a la raza blanca. Además, una mayoría absoluta de las mujeres participantes (52,2%) y una mayoría relativa de los hombres (45,5%) coincidieron en la tipificación del mencionado gen.
Las personas que poseían la variación determinada como el genotipo GG del mencionado gen presentaron una mayor satisfacción marital y un sentimiento de seguridad dentro del matrimonio. Otras variaciones, como los genotipos AA y AG, correspondían a una menor empatía y sociabilidad y también a una menor satisfacción conyugal.
"Este estudio muestra que la forma en que nos sentimos en nuestras relaciones íntimas está influenciada por algo más que nuestras experiencias compartidas con nuestras parejas a lo largo del tiempo", explicó la profesora de Yale, Joan Monin, la autora principal del estudio. "En el matrimonio, las personas también están influenciadas por sus predisposiciones genéticas y por las de la pareja".
Los efectos de la oxitocina
Los investigadores descubrieron que las personas con el genotipo GG reportaron tener un "vínculo menos tenso" en su matrimonio, lo cual es beneficioso para la relación, según estima el grupo. Los autores asocian los vínculos tensos con la inseguridad en las relaciones, las experiencias familiares negativas en el pasado y una baja autoestima.
Los científicos destacan que solo en el 4% de los casos ambos cónyuges presentaron el genotipo GG, lo que indica que para que una relación sea sólida es suficiente que uno de los miembros de la pareja presente este genotipo.
La oxitocina, la hormona que regula el gen en cuestión, es producida en el hipotálamo, que se sitúa en el sistema límbico del cerebro humano. Tiene un papel clave en la modulación de los comportamientos sociales y emocionales, ya que sus altas concentraciones en plasma estimulan el cariño materno, el apego a otra persona, la confianza y la afiliación social.
En 2017 un investigador británico señaló la oxitocina como uno de los tres componentes principales de unas potenciales 'píldoras de amor' que podrían fortalecer las relaciones entre dos personas.
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