Se intensifica la pugna entre EE.UU. y Rusia por el dominio en el Ártico. Desde el Pentágono afirman que cambiarán sus planes operativos para contrarrestar la influencia del país eslavo en la región. Moscú, por su parte, advierte que es un área que corresponde a sus intereses estratégicos y que no piensa cederla.
En ese contexto, el Gobierno ruso ha elaborado las reglas de navegación por la ruta marítima del norte para los buques militares de países extranjeros. De tal modo, se necesitaría avisar con 45 días de antelación y la presencia obligatoria de al menos un piloto ruso. Moscú se reserva el derecho de rechazar el acceso a la ruta, mientras que en el caso de un desplazamiento no autorizado se podrían aplicar medidas extraordinarias como la detención o incluso la eliminación física del buque.
Rusia argumenta estas medidas en la necesidad de reaccionar ante la intensificación de la actividad militar de otros países en el Ártico. Actualmente, en las latitudes del norte hay rompehielos de Rusia, EE.UU., Suecia, Alemania, Corea del Sur y China.
Ventajas financieras
Asimismo, Rusia pretende defender sus intereses nacionales en la zona de aguas costeras, lo que también es importante desde el punto de vista del control de la navegación comercial. Las capas de hielo van desapareciendo poco a poco, lo que convierte a esta ruta en cada vez más agradable y atractiva para el suministro de mercancías. Se estima que en el futuro incluso podría ser una opción al canal de Suez. Así, el viaje desde Europa a Asia podría ser de aproximadamente 10 días más corto, lo que traería muchas ventajas financieras.
Tales beneficios no fueron ignorados por Washington. En ese sentido, el comandante de la Armada de EE.UU. en Europa y África, James Foggo, declaró que Washington no permitirá el dominio de Rusia y China en el Ártico. Según EE.UU., estas aguas no pertenecen a nadie y todos los países del Consejo Ártico deben tener acceso. Asimismo, el Pentágono recientemente anunció que han actualizado sus planes en la zona para contrarrestar a Moscú y Pekín.
Rusia, a su vez, considera que la ruta marítima del norte históricamente formó parte del sistema de transporte y comunicaciones nacionales. Según el Ministerio de Defensa ruso, la situación en el Ártico está bajo control, sin embargo, cualquier acto de agresión del país miembro de la OTAN recibirá una respuesta contundente.
Por su parte, el director del Centro de Investigaciones en Política y Economía, Walter Formento, señaló a RT que pese a los deseos de EE.UU., Rusia tiene derecho a establecer reglas de tránsito en la ruta marítima del norte.