El pasado sábado un grupo de alrededor de 25 encapuchados asaltó el centro de menores extranjeros no acompañados –denominados MENAS– de Castelldefels, cerca de Barcelona. Durante el ataque produjeron desperfectos materiales y agredieron a uno de los menores internos y a dos educadores. El niño tuvo que ser trasladado a un hospital.
Según un comunicado del departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat catalana, el equipo de profesionales pudo proteger a los menores, aunque no pudo evitar que uno de ellos resultara herido al ser lanzado por una tapia de dos metros.
Al parecer el altercado había tenido como preámbulo el encuentro entre un grupo de los jóvenes migrantes que regresaban a la residencia y otro del municipio que había acabado con una discusión y el lanzamiento de piedras.
Desde la Generalitat, manifiestan "su rechazo frontal y su condena más enérgica", mientras que el consejero de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir el Homrani, ha dicho que "este tipo de ataques violentos no tienen cabida" en la sociedad catalana y "son detestables por violentos, intolerables por injustos y del todo contrarios al sentir mayoritario de la sociedad catalana".
El Gobierno de la Generalitat se personará en el juicio como acusación
Además, el consejero ha anunciado que el Gobierno de la Generalitat se presentará, al igual que ha hecho en otras ocasiones, "como acusación particular contra los agresores en defensa de los derechos de los niños".
Por su parte, los Mossos d'Escuadra –la policía regional catalana– están tomando declaración como testigos este lunes a monitores y menores. Más adelante, prevén citar a la veintena de personas que fueron identificadas tanto el sábado como el domingo, cuando unas 60 personas se concentraron frente al centro que había sido asaltado.
Segundo ataque en una semana
Este ha sido el segundo ataque que se produce en Cataluña en tan solo una semana contra un centro que alberga extranjeros menores de edad tutelados por la administración regional.
El primer ataque lo protagonizó un hombre que se coló con un machete en la mano en una casa de colonias de Canet del Mar, también en la provincia de Barcelona.