Después de que Estados Unidos advirtió que limitaría el intercambio de inteligencia con Alemania si permite que la empresa china Huawei despliegue su red móvil 5G en ese país, la canciller alemana, Angela Merkel, ha respondido que Berlín definirá sus propios estándares de seguridad.
Al respecto, la mandataria germana ha señalado que la seguridad en la expansión de la red 5G es "un activo valioso" para su Gobierno y que Alemania discutirá los estándares de seguridad con sus socios en Europa, además de con EE.UU.
La semana pasada, el embajador de EE.UU. en Alemania, Richard Grenell, amenazó por carta al Ejecutivo de Merkel con restringir el acceso a la inteligencia que comparte con sus aliados si no bloquea ese proyecto porque la Administración de Donald Trump estima que la red móvil de Huawei comprometería la seguridad de sus comunicaciones.
Otras presiones de EE.UU.
Washington ha multiplicado su presión en diferentes ámbitos durante los últimos meses: por ejemplo, el Departamento de Comercio de EE.UU. concluyó que los coches alemanes debilitan la industria automotriz norteamericana. Sin embargo, la mayor tensión entre ambas partes surgió con el proyecto de gasoducto rusoeuropeo Nord Stream 2.
En agosto del 2018, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y Angela Merkel subrayaron la necesidad de concretar esa iniciativa y protegerla de terceros países y destacaron la incorrección que supone politizar la expansión del gasoducto Nord Stream, que permitirá duplicar el suministro de gas natural desde territorio ruso hasta Alemania a través del mar Báltico.
La semana pasada, el corresponsal del diario estadounidense The Wall Street Journal, Bojan Pancevski, aseguró que Rusia crea una brecha entre EE.UU. y Europa con ese proyecto y Washington, que durante años intentó persuadir a sus aliados europeos —Alemania, específicamente— para que no fructificara, pretende promulgar sanciones contra las empresas y los inversionistas implicados.
"Es asunto exclusivamente de los europeos"
Tanto Berlín como Moscú insisten en que se trata de un proyecto puramente económico y que las iniciativas de la Administración Trump son equiparables a una extorsión. Pero EE.UU. va más allá y el inquilino de la Casa Blanca ha solicitado 500 millones de dólares en su proyecto de presupuesto 2020 con vistas a contrarrestar la influencia de Rusia en Europa y Asia Central.
El analista político Javier Martínez opina que Washington recurre al "chantaje político" para evitar la "pérdida de su hegemonía mundial" y considera que el suministro de energía en Europa "es asunto exclusivamente de los europeos", con lo cual determinadas leyes extraterritoriales de EE.UU. "violan la libertad de comercio y la soberanía" de otros países.
Respecto a esas prácticas norteamericanas, Martíniez destaca que EE.UU. presiona con "medidas mafiosas" para que otras naciones compren "los aviones Boeing 737 MAX, que se caen" o el gas estadounidense, que es "más caro" cuando existe la posibilidad de adquirir "energía más barata a Rusia".